Aceptar que las emociones negativas, tienen una razón de ser.
Este tipo de emociones, sirven para indicarnos que algo nos está molestando o interfiriendo con nuestros deseos, valores, expectativas o actividades.
Nos demuestran, que es necesario hacer algo al respecto.
Reconocer que algo en nuestro interior o exterior, nos molesta, disgusta o nos hace sentir mal.
Esto parece obvio, pero no lo es.
La sociedad no nos enseña a estar en contacto con nuestras emociones, sobre todo a los hombres.
Desde pequeños, cuando algo nos causa dolor, nos enseñan que con un dulce, un juguete, un beso o haciendo algo, se nos va a pasar.
Y que mientras más pronto, mejor.
Detectar cuál es el sentimiento.
Hay personas que se sienten enojados, cuando en realidad están deprimidos, asustados o se sienten culpables.
Aprender a identificar la emoción, lo antes posible.
Mientras mayor sea su intensidad, menos control tenemos sobre ella.
Detectar que tipos de pensamientos tenemos respecto a esa situación, a las personas involucradas y a nosotros mismos.
Recuerda que, independientemente de la situación, nuestros pensamientos aumentan y mantienen nuestros sentimientos.
Practicar algunas técnicas que nos ayuden a eliminar o disminuir las emociones negativas.
Por ejemplo, cómo reconocer los diferentes estilos de pensamiento que tenemos, para aprender a modificarlos, cómo relajarnos, y respirar adecuadamente, etc.
Si la situación tiene solución, hacer lo necesario para solucionarla.
Utilizando técnicas de comunicación, manejo de tiempo, solución de problemas, cómo establecer prioridades, etc.
Si no la tiene, aceptarla y cambiar nuestra actitud ante ella.
Aprender a vivir el presente.
Que el pasado nos sirva sólo para aprender de él, no para vivir en él.
El futuro debe ser sólo una orientación hacia dónde vamos y cómo queremos llegar.
No para depositar todo lo malo que puede pasar y que no podemos solucionar.
Respuesta:
Aceptar que las emociones negativas, tienen una razón de ser.
Este tipo de emociones, sirven para indicarnos que algo nos está molestando o interfiriendo con nuestros deseos, valores, expectativas o actividades.
Nos demuestran, que es necesario hacer algo al respecto.
Reconocer que algo en nuestro interior o exterior, nos molesta, disgusta o nos hace sentir mal.
Esto parece obvio, pero no lo es.
La sociedad no nos enseña a estar en contacto con nuestras emociones, sobre todo a los hombres.
Desde pequeños, cuando algo nos causa dolor, nos enseñan que con un dulce, un juguete, un beso o haciendo algo, se nos va a pasar.
Y que mientras más pronto, mejor.
Detectar cuál es el sentimiento.
Hay personas que se sienten enojados, cuando en realidad están deprimidos, asustados o se sienten culpables.
Aprender a identificar la emoción, lo antes posible.
Mientras mayor sea su intensidad, menos control tenemos sobre ella.
Detectar que tipos de pensamientos tenemos respecto a esa situación, a las personas involucradas y a nosotros mismos.
Recuerda que, independientemente de la situación, nuestros pensamientos aumentan y mantienen nuestros sentimientos.
Practicar algunas técnicas que nos ayuden a eliminar o disminuir las emociones negativas.
Por ejemplo, cómo reconocer los diferentes estilos de pensamiento que tenemos, para aprender a modificarlos, cómo relajarnos, y respirar adecuadamente, etc.
Si la situación tiene solución, hacer lo necesario para solucionarla.
Utilizando técnicas de comunicación, manejo de tiempo, solución de problemas, cómo establecer prioridades, etc.
Si no la tiene, aceptarla y cambiar nuestra actitud ante ella.
Aprender a vivir el presente.
Que el pasado nos sirva sólo para aprender de él, no para vivir en él.
El futuro debe ser sólo una orientación hacia dónde vamos y cómo queremos llegar.
No para depositar todo lo malo que puede pasar y que no podemos solucionar.
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