Que simboliza la barba intosa ? en el libro mio cid
Alexuss
El Cid deja su barba intonsa Riqueza de los del Cid
Mucha alegría cundió entre todos los cristianos que en esa guerra acompaña a Mío Cid bienhadado. Ya le crecía la barba, mucho se le va alargando, que había dicho Rodrigo cuando salió desterrado: "Por amor del rey Alfonso, que de su tierra me ha echado, no entre en mi barba tijera, ni un pelo sea cortado y que hablen de esta promesa todos, moros y cristianos". El Campeador está en Valencia descansando, con él Minaya, que no se separa de su lado. Sus vasallos más antiguos de riqueza están cargados. A todos los que al salir del reino le acompañaron el Cid casas y heredades en Valencia les ha dado. La bondad de Mío Cid ya la van ellos probando. Y los que después vinieron también reciben buen pago. Comprende el Cid que ahora éstos, con lo que habían ganado, si se pudiesen marchar lo harían de muy buen grado. Y esto manda Mío Cid, de Minaya aconsejado: que a cualquier hombre de aquéllos que con él ganaron algo, que de él no se despidiese declarándose vasallo, le prendan en donde puedan y donde sea alcanzado y su riqueza le quiten y en horca sea colgado. Ya se queda todo esto por el Cid bien arreglado, y con Minaya Álvar Fáñez se seguía aconsejando: "Si os parece, Minaya, querría hacer un estado de los hombres que aquí están y algo conmigo ganaron: los pondremos por escrito y todos serán contados, si alguno quiere ocultarse o si de menos le echamos tendrá que volver su parte a estos mis buenos vasallos que me guardan a Valencia por sus murallas rondando". A lo cual dijo Minaya: "Es consejo muy sensato".
Riqueza de los del Cid
Mucha alegría cundió entre todos los cristianos
que en esa guerra acompaña a Mío Cid bienhadado.
Ya le crecía la barba, mucho se le va alargando,
que había dicho Rodrigo cuando salió desterrado:
"Por amor del rey Alfonso, que de su tierra me ha echado,
no entre en mi barba tijera, ni un pelo sea cortado
y que hablen de esta promesa todos, moros y cristianos".
El Campeador está en Valencia descansando,
con él Minaya, que no se separa de su lado.
Sus vasallos más antiguos de riqueza están cargados.
A todos los que al salir del reino le acompañaron
el Cid casas y heredades en Valencia les ha dado.
La bondad de Mío Cid ya la van ellos probando.
Y los que después vinieron también reciben buen pago.
Comprende el Cid que ahora éstos, con lo que habían ganado,
si se pudiesen marchar lo harían de muy buen grado.
Y esto manda Mío Cid, de Minaya aconsejado:
que a cualquier hombre de aquéllos que con él ganaron algo,
que de él no se despidiese declarándose vasallo,
le prendan en donde puedan y donde sea alcanzado
y su riqueza le quiten y en horca sea colgado.
Ya se queda todo esto por el Cid bien arreglado,
y con Minaya Álvar Fáñez se seguía aconsejando:
"Si os parece, Minaya, querría hacer un estado
de los hombres que aquí están y algo conmigo ganaron:
los pondremos por escrito y todos serán contados,
si alguno quiere ocultarse o si de menos le echamos
tendrá que volver su parte a estos mis buenos vasallos
que me guardan a Valencia por sus murallas rondando".
A lo cual dijo Minaya: "Es consejo muy sensato".