El Proceso de Paz o Negociaciones de paz en Colombia se refiere al intento por parte del grupo guerrillero, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno del presidente Andrés Pastrana para comenzar un proceso de paz y terminar con el conflicto armado colombiano. El proceso de paz fue llevado a cabo entre 1998 y 2002, con gestiones de negociaciones iniciadas en el año 1997. El proceso de diálogo estuvo acompañado por gobiernos de varios países, organizaciones multilaterales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y sectores de la sociedad civil colombiana y extranjera.1
Los diálogos de paz tuvieron varios inconvenientes, empezando por los roces del ministro de defensa, altos mando militares con el presidente Pastrana y la decisión de otorgar una zona desmilitarizada en la región de El Caguán para llevar ahí los diálogos con las FARC, sin un cese al fuego generalizado.1 Una vez la zona fue creada las FARC tomaron control absoluto de la zona y su población, imponiendo sus propias 'leyes', a falta de control militar. Las FARC abusaron del propósito de la zona de distensión que era la negociación política, además de que las Fuerzas Militares colombianas acusaron a las FARC de utilizar la zona para recuperarse, fortalecerse militar, política y financieramente. Las FARC también desconocieron acuerdos firmados, como el Acuerdo de Caquetania, alegando que el establecimiento de 'una comisión internacional de verificación' no tendría facultades para vigilar con autoridad el comportamiento de las partes.1
El gobierno Pastrana, constitucionalmente tenía que ejercer control jurídico y político sobre la zona desmilitarizada (zona de distensión), pero con el actuar de las FARC y la permisividad de Pastrana, la presión de sectores de la dirigencia política, de los gremios y de la cúpula militar creció contra el presidente Pastrana.1 Las FARC por su parte buscaban los cimientos para alcanzar el estatus de "beligerancia", al mantener control sobre un territorio, al tiempo que se financiaban de secuestros extorsivos, robos y narcotráfico, expandían sus operaciones militares, políticas y diplomáticas, creando nuevos frentes de guerra y reclutando nuevos combatientes, mientras culpaba al gobierno de no combatir a sus principales enemigos, los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).1 Las FARC terminaron utilizando los diálogos para aumentar sus ganancias a través del narcotráfico, secuestrar, asesinar civiles, obligar a menores de edad a unirse a sus filas y mantener más de 450 soldados y policías cautivos en campos de concentración en la selva,2 mientras secretamente montaban un cerco sobre la capital colombiana Bogotá, para tomarse el poder.3
El Proceso de Paz o Negociaciones de paz en Colombia se refiere al intento por parte del grupo guerrillero, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno del presidente Andrés Pastrana para comenzar un proceso de paz y terminar con el conflicto armado colombiano. El proceso de paz fue llevado a cabo entre 1998 y 2002, con gestiones de negociaciones iniciadas en el año 1997. El proceso de diálogo estuvo acompañado por gobiernos de varios países, organizaciones multilaterales, organizaciones no gubernamentales (ONG) y sectores de la sociedad civil colombiana y extranjera.1
Los diálogos de paz tuvieron varios inconvenientes, empezando por los roces del ministro de defensa, altos mando militares con el presidente Pastrana y la decisión de otorgar una zona desmilitarizada en la región de El Caguán para llevar ahí los diálogos con las FARC, sin un cese al fuego generalizado.1 Una vez la zona fue creada las FARC tomaron control absoluto de la zona y su población, imponiendo sus propias 'leyes', a falta de control militar. Las FARC abusaron del propósito de la zona de distensión que era la negociación política, además de que las Fuerzas Militares colombianas acusaron a las FARC de utilizar la zona para recuperarse, fortalecerse militar, política y financieramente. Las FARC también desconocieron acuerdos firmados, como el Acuerdo de Caquetania, alegando que el establecimiento de 'una comisión internacional de verificación' no tendría facultades para vigilar con autoridad el comportamiento de las partes.1
El gobierno Pastrana, constitucionalmente tenía que ejercer control jurídico y político sobre la zona desmilitarizada (zona de distensión), pero con el actuar de las FARC y la permisividad de Pastrana, la presión de sectores de la dirigencia política, de los gremios y de la cúpula militar creció contra el presidente Pastrana.1 Las FARC por su parte buscaban los cimientos para alcanzar el estatus de "beligerancia", al mantener control sobre un territorio, al tiempo que se financiaban de secuestros extorsivos, robos y narcotráfico, expandían sus operaciones militares, políticas y diplomáticas, creando nuevos frentes de guerra y reclutando nuevos combatientes, mientras culpaba al gobierno de no combatir a sus principales enemigos, los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).1 Las FARC terminaron utilizando los diálogos para aumentar sus ganancias a través del narcotráfico, secuestrar, asesinar civiles, obligar a menores de edad a unirse a sus filas y mantener más de 450 soldados y policías cautivos en campos de concentración en la selva,2 mientras secretamente montaban un cerco sobre la capital colombiana Bogotá, para tomarse el poder.3