La masculinidad tradicional está compuesta por una constelación de valores, creencias, actitudes y conductas que persiguen el poder y autoridad sobre las personas que considera más débiles. Para conseguir esa dominación, las principales herramientas son la opresión, la coacción y la violencia. Desde este punto de vista, la masculinidad androcéntrica es una forma de relacionarse y supone un manejo del poder que mantiene las desigualdades existentes entre hombres y mujeres en el ámbito personal, económico, político y social. Esta concepción masculina del mundo está sustentada en mitos patriarcales basados en la supremacía masculina y la disponibilidad femenina, en la autosuficiencia del varón, en la diferenciación de las mujeres y en el respeto a la jerarquía. Estos mitos funcionan como ideales y se transforman en mandatos sociales acerca de «cómo ser un verdadero hombre». Las principales víctimas de esta construcción masculina del mundo son las mujeres. Pero los varones, además de verdugos también son víctimas de sí mismos. Según Pierre Bourdieu «los hombres también están prisioneros y son víctimas de la representación dominante. Al igual que las tendencias de sumisión que esta sociedad androcéntrica transmite a las mujeres, aquellas encaminadas a ejercer y mantener la dominación por parte de los hombres no están inscritas en la naturaleza y tienen que ser construidas por este proceso de socialización denominado masculinidad hegemónica Esta socialización supone un «deber ser». Es decir, demostrar constantemente que se es el más viril, aparentar que no se es débil, no fallar «en las cosas importantes de la vida», exhibir indiferencia ante el dolor y el riesgo, actuar bajo la meta de la competencia... Estas actitudes suponen costos elevados. Por ejemplo, la dificultad para expresar sentimientos, sufrir depresión o sentir rabia cuando no se consigue esa imagen idealizada de uno mismo, alcoholismo, drogodependencias o suicidios. También tienen como consecuencia una serie de problemas derivados del estilo de vida que hay que llevar para ser «como debe ser un hombre»: enfermedades oncológicas y de transmisión sexual, infartos, accidentes de tráfico y muertes por violencia. La versión dominante de la identidad masculina no constituye una esencia, sino una ideología de poder que tiende a justificar la dominación masculina sobre las mujeres. Además, la identidad masculina, en todas sus versiones, se aprende y, por tanto, también se puede cambiar. Entonces, si las mujeres llevan décadas comprometidas en deconstruir la feminidad, surgen preguntas inevitables: ¿Por qué tantos varones permanecen en una posición inmovilista?, ¿por qué la mayoría son tan poco receptivos a los argumentos igualitarios?, ¿por qué toman tan pocas iniciativas?, ¿por qué pocos están dispuestos honestamente a compartir, como reclaman las mujeres, el trabajo y el poder y especialmente las tareas domésticas? Y ¿por qué se resisten a fomentar el acuerdo de un nuevo contrato social, de nuevos pactos que reconozcan a las mujeres como ciudadanas como ellas exigen?, ¿por qué finalmente, en los temas de la igualdad con las mujeres, los varones se caracterizan por ser una mayoría silenciosa? Todas estas preguntas conducen a dos: ¿por qué los varones no reaccionan ante el cambio de las mujeres con una respuesta igualitaria y por qué permanecen en el no cambio? Leo nuevamente el texto y respondo las preguntas que nos plantea. Escribo las conclusiones en el cuaderno. 2. Señalo las palabras que no conozco e investigo sus significados. 3. Consulta en internet nuevas fuentes que me ayuden a entender claramente que es la identidad masculina, hago un resumen en mi cuaderno
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este es el texto Había una vez, en un reino muy lejano, un viejo puercoespín llamado Estartico. Este tenía un hijo llamado Jiba, un joven muy grande, fuerte y era muy bueno haciendo espadas, según su padre eran las mejores espadas del reino. Un día su padre le dijo: -Hijo mío, yo ya estoy muy viejo y no me queda mucho de vida. Mi último deseo es que vayas donde el rey y le muestres que tan bueno eres haciendo espadas, para que él te pueda ayudar, te dé trabajo y tengas una mejor vida.- Jiba muy sorprendido por las palabras de su padre le contesto: - Padre, claro que cumpliré tu último deseo. Tú siempre me has dado todo y si así es como quieres que te agradezca lo haré, iré al castillo!- Ese mismo día, el padre de Jiba murió y éste emprendió su viaje hacia el castillo. Al llegar al castillo Jiba se encontró con un gigante y un perro calavera en el camino. El gigante muy 32 asombrado de ver a un puercoespín tan cerca del castillo dijo: -¿Qué hace un puercoespín de tan poca importancia en camino al castillo?- -Voy a ver al rey-.dijo Jiba. Y El gigante se puso a reír. -¿De qué te ríes insolente gigante?-Le pregunto Jiba. Y el gigante le respondió: -¿Tú crees que el rey recibiría a alguien tan insignificante como tú?- Jiba que nunca había ido tan lejos de su casa, y ni sabía nada del mundo exterior, no supo qué contestarle al gigante, dio vuelta y se fue. Cuando apenas llevaba poco tiempo de camino se encontró con una pajarita muy bella llamada Ninfura, que le pregunto: -¿Por qué tan triste, querido puercoespín?- -Porque yo deseaba mostrarle al rey mis cualidades para hacer espadas, pero no pude.- Le dijo Jiba con mucha tristeza en su voz. -Si quieres, yo te puedo ayudar a llegar al rey.- dijo Ninfura (La pajarita). -Gracias.- dijo Jiba. Y salieron los dos de nuevo hacia le castillo del rey. Cuando estaban llegando se encontraron de nuevo con el gigante y el perro calavera. -¿Qué haces de nuevo por acá?- Preguntó el gigante. Vinimos a ver al rey- dijo Ninfura. El gigante lo miró con cara de confusión y le dijo: -¿Tú crees que el rey vería a un pájaro y a un puercoespín que no valen nada?- -¿Y qué sabe un gigante apestoso y un perro que parece calavera sobre a quién vería o no el rey?- dijo Jiba. Pues el rey nos puso a cargo de esta tierra, y para que puedan pasar por ella, debe cumplir ciertas pruebas-.dijo el gigante. -No nos dan miedo, ¿qué tenemos que hacer?- preguntó Jiba. -Deben traer un huevo de dragón, y una pluma de fénix-. Dijo el gigante. En ese instante salieron los dos en busca de los objetos. Después del primer día los dos estaban muy cansados y a punto de rendirse, más cuando no tenían más fuerzas, encontraron un fénix y le pidieron una de sus bellas y raras plumas. Este les dijo: -Lo veo muy cansados, les daré mi pluma y. además, manzanas para que coman, sólo con una condición-. Jiba y Ninfura, muy cansados y sorprendidos, aceptaron rápidamente. -.Lo que deben hacer, es hacerme un nido. No pido mucho, sólo tráiganme 50 ramas-.dijo el fénix. Jiba y Ninfura con las últimas fuerzas que les quedaban consiguieron las ramas ACTIVIDADES: 1) Busca en el texto palabras que contenga la letra b y la v y escríbela en cada columna, de contar la palabra con ambas letras, colocarlas en ambas columnas y pintar la V o B según corresponda.
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