1Durante el siglo xix, los Estados ibéricos concibieron las misiones católicas como un modo barato y eficaz de expandir y ocupar el territorio colonial, de levantar el pabellón nacional en acto de soberanía, reconocido internacionalmente desde la Conferencia de Berlín. Ya en los años sesenta del siglo xix, el Gobierno español aprobó que los jesuitas establecieran nuevas misiones en el interior de Fernando Poo y algunos otros enclaves del golfo de Guinea que se consideraban posesiones españolas, así como en las zonas del sur de Filipinas, Mindanao y Joló que, en efecto, se querían ocupar, a través de la combinación de la acción militar contra los «moros» musulmanes con la de la cruz. En los años ochenta, fueron los claretianos quienes se desplegaron por Guinea, mientras los capuchinos lo hacían por las Carolinas. Al mismo tiempo, los portugueses desplegaban otros misioneros por las zonas africanas en litigio con los británicos, como los propios jesuitas en la región del Zambeze.
2En todos los casos, la misión católica en las colonias ibéricas era una misión de Estado, controlada por este a través del Patronato, o acordada con Propaganda Fide en las zonas donde primaba esta jurisdicción. Recibía subvenciones estatales y se le encargaba, no sólo sostener la soberanía del Estado, sino convertirse en el puntal fundamental de la tarea civilizadora de los nativos, que consistía en cristianizarles, españolizarles o lusitanizarles (enseñarles el idioma e inculcarles el respeto a las autoridades coloniales y a la bandera y los símbolos nacionales), hacerles respetar a la propiedad privada establecida por la colonia y fomentar el trabajo para el mercado, en pequeñas plantaciones de productos de exportación, como braceros asalariados en las grandes plantaciones y las minas, o en los nuevos oficios artesanales que aprendían en las escuelas de la misión. También se les encargaba controlar los poblados de la misión, aunque sin menoscabo de la autoridad colonial
Respuesta:
La alcaldia indigena se estableci6 en Guatemala durante la epoca colonial y
contituyeunaformadegobiemolocal,dondeseaplicaelderechoconsuetudinario
de la poblaci6n maya.
La alcaldia surgi6 en la Espana medieval en los siglos XI Y XII, como una
organizaci6n administrativa local para la reconquista del territorio espanol de
manos de los arabes. Se inici6 como un sistema de democracia directa en
asambleas de vecinos 0 concejo abierto. Las funciones y los nombres de sus
integrantes muestran la influencia arabe.
Respuesta:
Misiones de Estado
1Durante el siglo xix, los Estados ibéricos concibieron las misiones católicas como un modo barato y eficaz de expandir y ocupar el territorio colonial, de levantar el pabellón nacional en acto de soberanía, reconocido internacionalmente desde la Conferencia de Berlín. Ya en los años sesenta del siglo xix, el Gobierno español aprobó que los jesuitas establecieran nuevas misiones en el interior de Fernando Poo y algunos otros enclaves del golfo de Guinea que se consideraban posesiones españolas, así como en las zonas del sur de Filipinas, Mindanao y Joló que, en efecto, se querían ocupar, a través de la combinación de la acción militar contra los «moros» musulmanes con la de la cruz. En los años ochenta, fueron los claretianos quienes se desplegaron por Guinea, mientras los capuchinos lo hacían por las Carolinas. Al mismo tiempo, los portugueses desplegaban otros misioneros por las zonas africanas en litigio con los británicos, como los propios jesuitas en la región del Zambeze.
2En todos los casos, la misión católica en las colonias ibéricas era una misión de Estado, controlada por este a través del Patronato, o acordada con Propaganda Fide en las zonas donde primaba esta jurisdicción. Recibía subvenciones estatales y se le encargaba, no sólo sostener la soberanía del Estado, sino convertirse en el puntal fundamental de la tarea civilizadora de los nativos, que consistía en cristianizarles, españolizarles o lusitanizarles (enseñarles el idioma e inculcarles el respeto a las autoridades coloniales y a la bandera y los símbolos nacionales), hacerles respetar a la propiedad privada establecida por la colonia y fomentar el trabajo para el mercado, en pequeñas plantaciones de productos de exportación, como braceros asalariados en las grandes plantaciones y las minas, o en los nuevos oficios artesanales que aprendían en las escuelas de la misión. También se les encargaba controlar los poblados de la misión, aunque sin menoscabo de la autoridad colonial
Explicación: