Un ensayo acerca del procesa de paz en Colombia con la guerrilla de la farc
pistomSe ha prestado en los medios más atención al discurso inicial de Iván Márquez en Oslo y a las posiciones políticas de extrema izquierda de las FARC –no solo previsibles sino atendibles desde la lógica negociadora y política- que a la carta de Salvatore Mancusodirigida al Presidente Santos y a las FARC-EP pero también al Pueblo de Colombia. El ‘silenzio-stampa’ del Palacio de Nariño no llama la atención habida cuenta que la discreción y la reserva evidenciadas por el Gobierno en las etapas preliminares de las conversaciones con las FARC no tiene porqué romperse en el caso de las Autodefensas. Por el lado de las FARC la disposición manifestada por uno de los principales líderes históricos supérstite de las desmovilizadas AUC a contar sus verdades en la Mesa de Paz no puede sino haber sido recibida en la delegación fariana con recatado beneplácito sabiendo que la estrategia paramilitar del Estado colombiano es uno de los temas gruesos –y más delicados- de la agenda acordada en La Habana.