“La rebelión de las ratas” es una novela creada por el escritor colombiano Fernando Soto Aparicio cuya trama gira en torno a la rebelión desarrollada por los sectores más bajos de un pueblo ficticio a causa de las injusticias sociales.
En este libro de perfil testimonial y profundidad ideológica, el personaje principal es Rudecindo Cristancho, un hombre analfabeto que, junto a su familia, decide asentarse en Timbalí. Al llegar al pueblo, el grupo se asombra al descubrir que sólo una calle se encarga de dividir a los habitantes más ricos (entre los que se encontraban personas de nacionalidad francesa, alemana y estadounidense) de los ciudadanos sin recursos económicos, un sector integrado por los mineros colombianos.
Al no encontrar un sitio digno de habitar, la familia Cristancho se ve obligada a vivir en condiciones precarias sobre un basurero ubicado en el extremo del pueblo. Tiempo después, Rudecindo consigue trabajo como minero en una mina de carbón pero, a pesar de los esfuerzos y a los peligros a los que se exponía, la retribución económica que obtenía ni siquiera le alcanzaba para sobrevivir.
Al tomar conciencia de que no es el único trabajador que está disconforme con su realidad, Rudecindo intenta crear un sindicato y hacer una huelga, pero sus intentos fracasan y eso aumenta el malestar social en el ámbito minero, un fastidio que termina por convertirse en una rebelión total cuando Rudecindo y sus compañeros encuentran entre las rocas los cadáveres descompuestos de algunos mineros que habían quedado sepultados meses atrás a causa de un derrumbe.
Frente a esta situación, una gran cantidad de hombres, presos de la furia, decidió destruir el barrio de la gente rica pero esa reacción, lejos de llegar a resultados beneficiosos, termina de forma trágica ya que Rudecindo pierde la vida y sus restos quedan aplastados por la multitud.
“La rebelión de las ratas” es una novela creada por el escritor colombiano Fernando Soto Aparicio cuya trama gira en torno a la rebelión desarrollada por los sectores más bajos de un pueblo ficticio a causa de las injusticias sociales.
En este libro de perfil testimonial y profundidad ideológica, el personaje principal es Rudecindo Cristancho, un hombre analfabeto que, junto a su familia, decide asentarse en Timbalí. Al llegar al pueblo, el grupo se asombra al descubrir que sólo una calle se encarga de dividir a los habitantes más ricos (entre los que se encontraban personas de nacionalidad francesa, alemana y estadounidense) de los ciudadanos sin recursos económicos, un sector integrado por los mineros colombianos.
Al no encontrar un sitio digno de habitar, la familia Cristancho se ve obligada a vivir en condiciones precarias sobre un basurero ubicado en el extremo del pueblo. Tiempo después, Rudecindo consigue trabajo como minero en una mina de carbón pero, a pesar de los esfuerzos y a los peligros a los que se exponía, la retribución económica que obtenía ni siquiera le alcanzaba para sobrevivir.
Al tomar conciencia de que no es el único trabajador que está disconforme con su realidad, Rudecindo intenta crear un sindicato y hacer una huelga, pero sus intentos fracasan y eso aumenta el malestar social en el ámbito minero, un fastidio que termina por convertirse en una rebelión total cuando Rudecindo y sus compañeros encuentran entre las rocas los cadáveres descompuestos de algunos mineros que habían quedado sepultados meses atrás a causa de un derrumbe.
Frente a esta situación, una gran cantidad de hombres, presos de la furia, decidió destruir el barrio de la gente rica pero esa reacción, lejos de llegar a resultados beneficiosos, termina de forma trágica ya que Rudecindo pierde la vida y sus restos quedan aplastados por la multitud.