Cuando nos ponemos a analizar que realmente es una metáfora, nos damos cuenta que no es más que una comparación o símil pero sin una preposición o conjunción de por medio. Es por ello que si queremos convertir una metáfora, en una comparación, solo hace falta agregar un simple "como"
Cuando nos ponemos a analizar que realmente es una metáfora, nos damos cuenta que no es más que una comparación o símil pero sin una preposición o conjunción de por medio. Es por ello que si queremos convertir una metáfora, en una comparación, solo hace falta agregar un simple "como"
Tus ojos son como dos luceros.