Resumen del sueño del poingo x favor lo nesesito doy 30 puntos al que me cree un resumen de sueño del pongo
abry
Es la historia de un niño que era sirviente y pequeño de estatura. El patron del niño siempre se burlaba de el niño lo insultaba frente a toda la gente, y el niño siempre trabajaba callado, el no hablaba con nadie siempre cumplia con todo lo q su patron le indicara. el patron siempre hacia lo q le daba la gana con el niño. Hasta q un día el niño le cuenta le cuenta un sueño q el tuvo y el patron lo escucho,y el niño dijo"Oye patroncito, anoche soñé que los dos habíamos muerto y estábamos desnudos ante los ojos de nuestro gran padre San Francisco, Él nos examinó con sus ojos el corazón del tuyo y del mío. El padre San Francisco ordenó al Ángel mayor que te eche toda la miel que estaba en la copa de oro. La cosa es que el ángel, levantando la miel con sus manos enlució todo tu cuerpecito, desde la cabeza hasta las uñas de tus pies, Bien, ahora me tocaba a mí, nuestro gran Padre le dijo a un ángel viejo: "Oye, viejo, embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que hay en esa lata que has traído: todo el cuerpo, de cualquier manera, cúbrelo como puedas, ¡Rápido!" Entonces, patroncito, el ángel viejo, sacando el excremento de la lata, me cubrió todo el cuerpo con esa porquería. Espérate, pues, patroncito, ahí no queda la cosa. Nuestro gran Padre nos dijo a los dos: "Ahora, “lámanse el uno al otro; despacio, por mucho tiempo".
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joelvillegas20
grasias amigo me serviste de mucha ayuda :D
el patron siempre hacia lo q le daba la gana con el niño. Hasta q un día el niño le cuenta le cuenta un sueño q el tuvo y el patron lo escucho,y el niño dijo"Oye patroncito, anoche soñé que los dos habíamos muerto y estábamos desnudos ante los ojos de nuestro gran padre San Francisco, Él nos examinó con sus ojos el corazón del tuyo y del mío.
El padre San Francisco ordenó al Ángel mayor que te eche toda la miel que estaba en la copa de oro. La cosa es que el ángel, levantando la miel con sus manos enlució todo tu cuerpecito, desde la cabeza hasta las uñas de tus pies, Bien, ahora me tocaba a mí, nuestro gran Padre le dijo a un ángel viejo:
"Oye, viejo, embadurna el cuerpo de este hombrecito con el excremento que hay en esa lata que has traído: todo el cuerpo, de cualquier manera, cúbrelo como puedas, ¡Rápido!" Entonces, patroncito, el ángel viejo, sacando el excremento de la lata, me cubrió todo el cuerpo con esa porquería. Espérate, pues, patroncito, ahí no queda la cosa.
Nuestro gran Padre nos dijo a los dos: "Ahora, “lámanse el uno al otro; despacio, por mucho tiempo".