En un noche lluviosa de un día de la semana, el comisario Al-Said Omar recibió una llamada anónima en la cual le informaban de un asesinato por los alrededores de la Av. Le París 693, según la persona al otro lado del teléfono la persona fue degollada. Al-Said incrédulo, hizo caso omiso de la llamada. Después de media hora la noticia ya había estallado en el noticiero, los medios amarillista indicaban que la occisa fue ultrajada antes de ser degollada. Al-Said a encogió de hombros y partió a Le París; -según los informes que Al-Said recaudó la llamada que recibió fue a al otro lado de la ciudad, cerca al lago Romanov-. Los agentes de la policía fueron a dicho lugar, Al-Said encontró el celular del posible homicida. Se detectó mediante el sistema de GPS los puntos por donde el posible homicida paso. Para suerte de Al-Said el homicida cometió varios error debido a que todos los utensilios usados en el homicidio fueron comprados el mismo día y en algunos casos hay imágenes de él posible homicida; -la autoridad local cruzo información y llegó a un posible homicida, se determinó que el homicida se llamaba Simón Freud, un hombre no muy inteligente, por dejar tantas pistas. Al-Said arresto al posible homicida y lo interro, pero el hombre sólo dijo que a reserva los motivos de su crimen invocando sus derecho de silencio. Dos años han pasado desde aquel día lluvioso, el juez Maximiliano de Aquisgran sentenciara a Simón Freud a la pena Capital. Tres meses después de su sentencia y esperando su a ultimos momentos el reo pidió hablar con Al-Said, Simón le entregó una carta ya las dos horas, un toalla era colocada en la cabeza de Freud y la electricidad recorría todo el peso de su absurda existencia. La carta fue abierta a los dos días de sus muerte, en ella se encontraba unos documentos policiales sobre la participación a una mujer en el ultraje de una niña, la mujer se llama Luciana Márquez y el delincuente con el que fue asociada era su novio; se el informe la mujer fue absuelta. Al final de los documentos Simón Freud dijo : "La Justicia cae por las manos del hombre".
Neah D. Campbell. Departamento de investigación del FBI.
En un noche lluviosa de un día de la semana, el comisario Al-Said Omar recibió una llamada anónima en la cual le informaban de un asesinato por los alrededores de la Av. Le París 693, según la persona al otro lado del teléfono la persona fue degollada. Al-Said incrédulo, hizo caso omiso de la llamada. Después de media hora la noticia ya había estallado en el noticiero, los medios amarillista indicaban que la occisa fue ultrajada antes de ser degollada. Al-Said a encogió de hombros y partió a Le París; -según los informes que Al-Said recaudó la llamada que recibió fue a al otro lado de la ciudad, cerca al lago Romanov-.
Los agentes de la policía fueron a dicho lugar, Al-Said encontró el celular del posible homicida. Se detectó mediante el sistema de GPS los puntos por donde el posible homicida paso. Para suerte de Al-Said el homicida cometió varios error debido a que todos los utensilios usados en el homicidio fueron comprados el mismo día y en algunos casos hay imágenes de él posible homicida; -la autoridad local cruzo información y llegó a un posible homicida, se determinó que el homicida se llamaba Simón Freud, un hombre no muy inteligente, por dejar tantas pistas.
Al-Said arresto al posible homicida y lo interro, pero el hombre sólo dijo que a reserva los motivos de su crimen invocando sus derecho de silencio. Dos años han pasado desde aquel día lluvioso, el juez Maximiliano de Aquisgran sentenciara a Simón Freud a la pena Capital. Tres meses después de su sentencia y esperando su a ultimos momentos el reo pidió hablar con Al-Said, Simón le entregó una carta ya las dos horas, un toalla era colocada en la cabeza de Freud y la electricidad recorría todo el peso de su absurda existencia.
La carta fue abierta a los dos días de sus muerte, en ella se encontraba unos documentos policiales sobre la participación a una mujer en el ultraje de una niña, la mujer se llama Luciana Márquez y el delincuente con el que fue asociada era su novio; se el informe la mujer fue absuelta. Al final de los documentos Simón Freud dijo : "La Justicia cae por las manos del hombre".
Neah D. Campbell.
Departamento de investigación del FBI.