Quienes fueron los caciques o curacas en las colonias
deportista177
A los reyezuelos locales o jefes de comunidades, se les ha llamado indistintamente caciques o curacas.
El término cacique no eran sin embargo empleado en el Perú antiguo, sino que fue traído por los españoles que habían estado en las Antillas, archipiélago en donde se denominaban así a los jefes de las tribus.
Cieza de León, en su obra Crónica del Perú, dice: “Los señores antiguos de él, antes que fueran señoreados por los Incas, eran temidos y muy obedecidos por sus súbitos, más que ninguno de los que se ha escrito, según es público y muy entendido por todos, y así eran servidos con grandes ceremonias. Andaban vestidos con sus mantas y camisetas y traían en la cabeza puestos sus ornamentos que eran en cierta manera redondos que se ponían hechos de luma, y algunos de oro o plata, o de unas cuentas muy menudas que tengo ya dicho llamarse chaquiras”
En “Relación de Piura” se toman los mismos conceptos para referirse a los caciques tallanes y se agrega que en algunos valles yungas –y sin duda en los valles piuranos- los curacas tenían por propias las tierras que recibían como herencia y las daban en una especie de arrendamiento que los indios agricultores que pagaban con parte de los frutos que cultivaban. Era por lo tanto el origen del sistema de yanaconaje que luego existió en la colonia y la republica hasta que la Reforma Agraria le puso fin.
Curaca rodeado de sus súbditos
Los curacas tallanes andaban siempre guerreando con sus vecinos, pero no hacían guerras de conquista, por eso fue que no se llegó a formar un reino unificado. Disputaban por cualquier cosa.
Una gran cantidad de hombres de las tribus o comunidades vencidas, pasaban a constituir una especie de siervos del vencedor, que los destinaba al cultivo del maíz y al cuidado de los ganados o construcción de sus casa.
El cronista Zamora Román, dice que cuando el curaca estaba próximo a morir elegía como su sucesor al que entre sus hijos era el más meritorio y si no lo encontraba, podía dejar como heredero a su hermano o a uno de sus sobrinos. En casos extremos a un noble.
Curaca listo para la guerra
Nunca se dejó el mando a menores de edad, aun cuando fueran hijos del curaca, pues en tal caso preferían entregarlo a una mujer.
Cuando los tallanes se convirtieron en tributarios de los Incas,-dice Damián de la Bandera- que ningún curaca podía cobrar tributos al pueblo, pera sí pero estaban los súbitos obligados por el trabajo de la mita a cultivar los terrenos del curaca, para el sustento de la familia del Señor, así como llevarle agua y leña a sus viviendas. Esto sin embargo no se hacía gratuitamente, ya que en cambio recibía vestidos u otros objetos.
Los curacas en la época del Imperio no podía imponer la pena de muerte a sus súbitos, pero si castigarlos con azotes por delitos menores.
Era obligatorio de los curacas, recaudar los tributos destinados al inca y remitirlos al Cuzco y cuidar el cultivo de las tierras que se destinaban al inca reinante.
Cuando los españoles llegaron a la tierra tallán, los curacas se sintieron de inmediato liberados de toda obediencia al Imperio, y actuaron con la más completa autonomía.
El término cacique no eran sin embargo empleado en el Perú antiguo, sino que fue traído por los españoles que habían estado en las Antillas, archipiélago en donde se denominaban así a los jefes de las tribus.
Cieza de León, en su obra Crónica del Perú, dice: “Los señores antiguos de él, antes que fueran señoreados por los Incas, eran temidos y muy obedecidos por sus súbitos, más que ninguno de los que se ha escrito, según es público y muy entendido por todos, y así eran servidos con grandes ceremonias. Andaban vestidos con sus mantas y camisetas y traían en la cabeza puestos sus ornamentos que eran en cierta manera redondos que se ponían hechos de luma, y algunos de oro o plata, o de unas cuentas muy menudas que tengo ya dicho llamarse chaquiras”
En “Relación de Piura” se toman los mismos conceptos para referirse a los caciques tallanes y se agrega que en algunos valles yungas –y sin duda en los valles piuranos- los curacas tenían por propias las tierras que recibían como herencia y las daban en una especie de arrendamiento que los indios agricultores que pagaban con parte de los frutos que cultivaban. Era por lo tanto el origen del sistema de yanaconaje que luego existió en la colonia y la republica hasta que la Reforma Agraria le puso fin.
Curaca rodeado de sus súbditos
Los curacas tallanes andaban siempre guerreando con sus vecinos, pero no hacían guerras de conquista, por eso fue que no se llegó a formar un reino unificado. Disputaban por cualquier cosa.
Una gran cantidad de hombres de las tribus o comunidades vencidas, pasaban a constituir una especie de siervos del vencedor, que los destinaba al cultivo del maíz y al cuidado de los ganados o construcción de sus casa.
El cronista Zamora Román, dice que cuando el curaca estaba próximo a morir elegía como su sucesor al que entre sus hijos era el más meritorio y si no lo encontraba, podía dejar como heredero a su hermano o a uno de sus sobrinos. En casos extremos a un noble.
Curaca listo para la guerra
Nunca se dejó el mando a menores de edad, aun cuando fueran hijos del curaca, pues en tal caso preferían entregarlo a una mujer.
Cuando los tallanes se convirtieron en tributarios de los Incas,-dice Damián de la Bandera- que ningún curaca podía cobrar tributos al pueblo, pera sí pero estaban los súbitos obligados por el trabajo de la mita a cultivar los terrenos del curaca, para el sustento de la familia del Señor, así como llevarle agua y leña a sus viviendas. Esto sin embargo no se hacía gratuitamente, ya que en cambio recibía vestidos u otros objetos.
Los curacas en la época del Imperio no podía imponer la pena de muerte a sus súbitos, pero si castigarlos con azotes por delitos menores.
Era obligatorio de los curacas, recaudar los tributos destinados al inca y remitirlos al Cuzco y cuidar el cultivo de las tierras que se destinaban al inca reinante.
Cuando los españoles llegaron a la tierra tallán, los curacas se sintieron de inmediato liberados de toda obediencia al Imperio, y actuaron con la más completa autonomía.