mariluce0817Francisco de Ávila, presbítero doctrinero y extirpador de idolatrías. Abandonado por sus padres, fue ahijado por el ensayador Cristóbal Rodríguez y su mujer, Beatriz Ávila.
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Desde tiempos remotos los habitantes de la costa y sierra central del actual Perú han mantenido estrechas, y muchas veces conflictivas, relaciones económicas y sociopolíticas; para desplazarse por estos territorios utilizaban el camino que parte desde Jauja (Departamento de Junín) y llega hasta Pachacamac (Departamento de Lima) luego de recorrer las cuencas de los ríos Mantaro y Cañete, Mala y Lurín Dichas relaciones fueron registradas en el documento denominado Dioses y Hombres de Huarochirí (Arguedas 1966), recopilado por el padre Francisco de Avila en Huarochirí a inicios del siglo XVII, allí se narran las hazañas de los dioses, héroes y pueblos de la sierra de Lima en el proceso de conquista de territorios yungas, una de estas hazañas es conocida como el mito de Cuniraya Huiracocha.
Francisco de Ávila
Francisco de Ávila (Cuzco 1573 - Lima 1647). Religioso doctrinero y extirpador de idolatrías.
Abandonado por sus padres, fue ahijado por el ensayador Cristóbal Rodríguez y su mujer, Beatriz Ávila.
Carrera eclesiástica : Inició sus estudios en el colegio de los jesuitas y pasó a Lima a proseguirlos en la Universidad de San Marcos (1592). Fue ordenado entonces como presbítero (1596) en la iglesia de San Francisco. Optó el grado de Bachiller en Teología (1597) y obtuvo por concurso el curato de San Damián, en Huarochirí, el cual regentó durante diez años (1598-1608).
Extirpación de idolatrías : Designado además vicario y juez eclesiástico de la provincia, optó los grados de Licenciado (1600) y Doctor en Teología. Empeñado entonces en perseguir las actividades "idolátricas", fue acusado de exacciones por los mismos indígenas. Trasladado a Lima y sometido a proceso , logró su absolución luego de organizar un auto de fe para quemar ídolos y restos humanos adorados por los indios (1609).
Fue nombrado visitador de idolatrías en la doctrina de Huarochirí y recibió los beneficios de un curato en Huánuco (1610). Promovido a una canonjía en el cabildo eclesiástico de Chuquisaca (1618) y luego a la dignidad de maestrescuela, volvió a Lima para asumir también una canonjía (1632).
Por su afán de prédica a los indios en su propia lengua y el prestigio alcanzado, fue nombrado visitador general de idolatrías (1643).
Dichas relaciones fueron registradas en el documento denominado Dioses y Hombres de Huarochirí (Arguedas 1966), recopilado por el padre Francisco de Avila en Huarochirí a inicios del siglo XVII, allí se narran las hazañas de los dioses, héroes y pueblos de la sierra de Lima en el proceso de conquista de territorios yungas, una de estas hazañas es conocida como el mito de Cuniraya Huiracocha.
Francisco de Ávila
Francisco de Ávila (Cuzco 1573 - Lima 1647). Religioso doctrinero y extirpador de idolatrías.
Abandonado por sus padres, fue ahijado por el ensayador Cristóbal Rodríguez y su mujer, Beatriz Ávila.
Carrera eclesiástica : Inició sus estudios en el colegio de los jesuitas y pasó a Lima a proseguirlos en la Universidad de San Marcos (1592). Fue ordenado entonces como presbítero (1596) en la iglesia de San Francisco. Optó el grado de Bachiller en Teología (1597) y obtuvo por concurso el curato de San Damián, en Huarochirí, el cual regentó durante diez años (1598-1608).
Extirpación de idolatrías : Designado además vicario y juez eclesiástico de la provincia, optó los grados de Licenciado (1600) y Doctor en Teología. Empeñado entonces en perseguir las actividades "idolátricas", fue acusado de exacciones por los mismos indígenas. Trasladado a Lima y sometido a proceso , logró su absolución luego de organizar un auto de fe para quemar ídolos y restos humanos adorados por los indios (1609).
Fue nombrado visitador de idolatrías en la doctrina de Huarochirí y recibió los beneficios de un curato en Huánuco (1610). Promovido a una canonjía en el cabildo eclesiástico de Chuquisaca (1618) y luego a la dignidad de maestrescuela, volvió a Lima para asumir también una canonjía (1632).
Por su afán de prédica a los indios en su propia lengua y el prestigio alcanzado, fue nombrado visitador general de idolatrías (1643).