La disolución de Yugoslavia se refiere a los hechos ocurridos en la antigua Yugoslavia entre el 25 de junio de 1991 y el 5 de junio de 2006, que condujeron a esta disolución y a la formación de seis nuevas repúblicas soberanas (Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Serbia), y que para algunos expertos también incluyen la independencia no reconocida internacionalmente de la provincia serbia de Kosovo y Metohija ocurrida en 2008. La disolución de Yugoslavia se produjo como resultado de una serie de agitaciones políticas y conflictos durante la década de 1990. Las repúblicas constituyentes de la República Federal Socialista de Yugoslavia se separaron, después de sufrir un período de crisis política en la década de 1980 tras la muerte de Tito, pero los problemas no resueltos causaron una serie de cruentos conflictos bélicos, conocidos como guerras yugoslavas que afectaron principalmente a Croacia, Bosnia y a la zona de Kosovo.
La RFS Yugoslavia era un país que ocupaba un territorio que abarcaba desde Europa Central hasta los Balcanes, con un conflicto étnico histórico. El país era una conglomeración de seis repúblicas regionales y dos provincias autónomas, que estaba dividido según las etnias y que en la década de 1990 se separó en varios países independientes. Estas ocho entidades federativas pasaron a ser seis repúblicas: Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Serbia, y dos provincias autónomas dentro de Serbia: Kosovo y Metohija y Vojvodina. Bosnia y Herzegovina no había existido como un estado mezclado étnicamente desde 1465, y además no tenía una mayoría étnica clara, con "44 % de musulmanes, 33 % de serbios, 18 % de croatas y otras minorías".[cita requerida] La distribución geográfica de los grupos étnicos que componían Yugoslavia representaba el hecho de que cada nación tenía una población en cada una de las seis repúblicas. Yugoslavia pasó a ser un país con siete fronteras, seis repúblicas, cinco nacionalidades, cuatro idiomas, tres religiones, dos alfabetos y un líder.
La agitación nacionalista serbia iniciada por Milosevic a finales de la década de 1980 es considerado la clave del inicio de la disolución de este estado.1 Hubo muchos detonantes, pero los principales fueron la abolición de la autonomía de Kosovo por Milosevic en 1990, y sobre todo que los serbios de la región croata de la Krajina declararan su separación de Croacia en marzo de 1991, lo que llevó a Croacia y a Eslovenia declarar unilateralmente su independencia y producir un efecto contagio en el resto de repúblicas yugoslavas. Debido al choque entre el nacionalismo serbio (Milosevic), el croata (Tudjman) y el bosnio (Izetbegović) se degeneró en una guerra muy violenta. Meses después el 15 de enero de 1992 los países europeos de la CE y la comunidad internacional reconocen la independencia de Eslovenia y Croacia, provocando el fin de Yugoslavia,2 aunque Serbia y Montenegro seguirán usando esta denominación (sin reconocimiento internacional) hasta el 2003.
Ya que la estructura demográfica de Bosnia comprendía una población de serbios y croatas cercana al 50 % y con ideas de independencia basadas en las etnias más que en la nación, el control del territorio volvió a abrirse a diferentes interpretaciones, y grandes zonas de Bosnia, Croacia y Serbia se denominaron como zonas en disputa. Los elementos más importantes que fomentaron la discordia fueron la formación del Reino de Yugoslavia, la guerra civil y el genocidio (véase campo de concentración de Jasenovac) llevada a cabo por el Estado Independiente de Croacia durante la Segunda Guerra Mundial, la idea de la "Gran Serbia", y las adaptaciones balcánicas del Paneslavismo.
La desintegración de Yugoslavia está claramente relacionada en el contexto del fin de la guerra fría y la disolución de otros países del bloque oriental como la disolución de Checoslovaquia y la disolución de la URSS.
La disolución de Yugoslavia se refiere a los hechos ocurridos en la antigua Yugoslavia entre el 25 de junio de 1991 y el 5 de junio de 2006, que condujeron a esta disolución y a la formación de seis nuevas repúblicas soberanas (Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Serbia), y que para algunos expertos también incluyen la independencia no reconocida internacionalmente de la provincia serbia de Kosovo y Metohija ocurrida en 2008. La disolución de Yugoslavia se produjo como resultado de una serie de agitaciones políticas y conflictos durante la década de 1990. Las repúblicas constituyentes de la República Federal Socialista de Yugoslavia se separaron, después de sufrir un período de crisis política en la década de 1980 tras la muerte de Tito, pero los problemas no resueltos causaron una serie de cruentos conflictos bélicos, conocidos como guerras yugoslavas que afectaron principalmente a Croacia, Bosnia y a la zona de Kosovo.
La RFS Yugoslavia era un país que ocupaba un territorio que abarcaba desde Europa Central hasta los Balcanes, con un conflicto étnico histórico. El país era una conglomeración de seis repúblicas regionales y dos provincias autónomas, que estaba dividido según las etnias y que en la década de 1990 se separó en varios países independientes. Estas ocho entidades federativas pasaron a ser seis repúblicas: Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Serbia, y dos provincias autónomas dentro de Serbia: Kosovo y Metohija y Vojvodina. Bosnia y Herzegovina no había existido como un estado mezclado étnicamente desde 1465, y además no tenía una mayoría étnica clara, con "44 % de musulmanes, 33 % de serbios, 18 % de croatas y otras minorías".[cita requerida] La distribución geográfica de los grupos étnicos que componían Yugoslavia representaba el hecho de que cada nación tenía una población en cada una de las seis repúblicas. Yugoslavia pasó a ser un país con siete fronteras, seis repúblicas, cinco nacionalidades, cuatro idiomas, tres religiones, dos alfabetos y un líder.
La agitación nacionalista serbia iniciada por Milosevic a finales de la década de 1980 es considerado la clave del inicio de la disolución de este estado.1 Hubo muchos detonantes, pero los principales fueron la abolición de la autonomía de Kosovo por Milosevic en 1990, y sobre todo que los serbios de la región croata de la Krajina declararan su separación de Croacia en marzo de 1991, lo que llevó a Croacia y a Eslovenia declarar unilateralmente su independencia y producir un efecto contagio en el resto de repúblicas yugoslavas. Debido al choque entre el nacionalismo serbio (Milosevic), el croata (Tudjman) y el bosnio (Izetbegović) se degeneró en una guerra muy violenta. Meses después el 15 de enero de 1992 los países europeos de la CE y la comunidad internacional reconocen la independencia de Eslovenia y Croacia, provocando el fin de Yugoslavia,2 aunque Serbia y Montenegro seguirán usando esta denominación (sin reconocimiento internacional) hasta el 2003.
Ya que la estructura demográfica de Bosnia comprendía una población de serbios y croatas cercana al 50 % y con ideas de independencia basadas en las etnias más que en la nación, el control del territorio volvió a abrirse a diferentes interpretaciones, y grandes zonas de Bosnia, Croacia y Serbia se denominaron como zonas en disputa. Los elementos más importantes que fomentaron la discordia fueron la formación del Reino de Yugoslavia, la guerra civil y el genocidio (véase campo de concentración de Jasenovac) llevada a cabo por el Estado Independiente de Croacia durante la Segunda Guerra Mundial, la idea de la "Gran Serbia", y las adaptaciones balcánicas del Paneslavismo.
La desintegración de Yugoslavia está claramente relacionada en el contexto del fin de la guerra fría y la disolución de otros países del bloque oriental como la disolución de Checoslovaquia y la disolución de la URSS
La disolución de Yugoslavia se refiere a los hechos ocurridos en la antigua Yugoslavia entre el 25 de junio de 1991 y el 5 de junio de 2006, que condujeron a esta disolución y a la formación de seis nuevas repúblicas soberanas (Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Serbia), y que para algunos expertos también incluyen la independencia no reconocida internacionalmente de la provincia serbia de Kosovo y Metohija ocurrida en 2008. La disolución de Yugoslavia se produjo como resultado de una serie de agitaciones políticas y conflictos durante la década de 1990. Las repúblicas constituyentes de la República Federal Socialista de Yugoslavia se separaron, después de sufrir un período de crisis política en la década de 1980 tras la muerte de Tito, pero los problemas no resueltos causaron una serie de cruentos conflictos bélicos, conocidos como guerras yugoslavas que afectaron principalmente a Croacia, Bosnia y a la zona de Kosovo.
La RFS Yugoslavia era un país que ocupaba un territorio que abarcaba desde Europa Central hasta los Balcanes, con un conflicto étnico histórico. El país era una conglomeración de seis repúblicas regionales y dos provincias autónomas, que estaba dividido según las etnias y que en la década de 1990 se separó en varios países independientes. Estas ocho entidades federativas pasaron a ser seis repúblicas: Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Serbia, y dos provincias autónomas dentro de Serbia: Kosovo y Metohija y Vojvodina. Bosnia y Herzegovina no había existido como un estado mezclado étnicamente desde 1465, y además no tenía una mayoría étnica clara, con "44 % de musulmanes, 33 % de serbios, 18 % de croatas y otras minorías".[cita requerida] La distribución geográfica de los grupos étnicos que componían Yugoslavia representaba el hecho de que cada nación tenía una población en cada una de las seis repúblicas. Yugoslavia pasó a ser un país con siete fronteras, seis repúblicas, cinco nacionalidades, cuatro idiomas, tres religiones, dos alfabetos y un líder.
La agitación nacionalista serbia iniciada por Milosevic a finales de la década de 1980 es considerado la clave del inicio de la disolución de este estado.1 Hubo muchos detonantes, pero los principales fueron la abolición de la autonomía de Kosovo por Milosevic en 1990, y sobre todo que los serbios de la región croata de la Krajina declararan su separación de Croacia en marzo de 1991, lo que llevó a Croacia y a Eslovenia declarar unilateralmente su independencia y producir un efecto contagio en el resto de repúblicas yugoslavas. Debido al choque entre el nacionalismo serbio (Milosevic), el croata (Tudjman) y el bosnio (Izetbegović) se degeneró en una guerra muy violenta. Meses después el 15 de enero de 1992 los países europeos de la CE y la comunidad internacional reconocen la independencia de Eslovenia y Croacia, provocando el fin de Yugoslavia,2 aunque Serbia y Montenegro seguirán usando esta denominación (sin reconocimiento internacional) hasta el 2003.
Ya que la estructura demográfica de Bosnia comprendía una población de serbios y croatas cercana al 50 % y con ideas de independencia basadas en las etnias más que en la nación, el control del territorio volvió a abrirse a diferentes interpretaciones, y grandes zonas de Bosnia, Croacia y Serbia se denominaron como zonas en disputa. Los elementos más importantes que fomentaron la discordia fueron la formación del Reino de Yugoslavia, la guerra civil y el genocidio (véase campo de concentración de Jasenovac) llevada a cabo por el Estado Independiente de Croacia durante la Segunda Guerra Mundial, la idea de la "Gran Serbia", y las adaptaciones balcánicas del Paneslavismo.
La desintegración de Yugoslavia está claramente relacionada en el contexto del fin de la guerra fría y la disolución de otros países del bloque oriental como la disolución de Checoslovaquia y la disolución de la URSS.
La disolución de Yugoslavia se refiere a los hechos ocurridos en la antigua Yugoslavia entre el 25 de junio de 1991 y el 5 de junio de 2006, que condujeron a esta disolución y a la formación de seis nuevas repúblicas soberanas (Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia y Serbia), y que para algunos expertos también incluyen la independencia no reconocida internacionalmente de la provincia serbia de Kosovo y Metohija ocurrida en 2008. La disolución de Yugoslavia se produjo como resultado de una serie de agitaciones políticas y conflictos durante la década de 1990. Las repúblicas constituyentes de la República Federal Socialista de Yugoslavia se separaron, después de sufrir un período de crisis política en la década de 1980 tras la muerte de Tito, pero los problemas no resueltos causaron una serie de cruentos conflictos bélicos, conocidos como guerras yugoslavas que afectaron principalmente a Croacia, Bosnia y a la zona de Kosovo.
La RFS Yugoslavia era un país que ocupaba un territorio que abarcaba desde Europa Central hasta los Balcanes, con un conflicto étnico histórico. El país era una conglomeración de seis repúblicas regionales y dos provincias autónomas, que estaba dividido según las etnias y que en la década de 1990 se separó en varios países independientes. Estas ocho entidades federativas pasaron a ser seis repúblicas: Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Serbia, y dos provincias autónomas dentro de Serbia: Kosovo y Metohija y Vojvodina. Bosnia y Herzegovina no había existido como un estado mezclado étnicamente desde 1465, y además no tenía una mayoría étnica clara, con "44 % de musulmanes, 33 % de serbios, 18 % de croatas y otras minorías".[cita requerida] La distribución geográfica de los grupos étnicos que componían Yugoslavia representaba el hecho de que cada nación tenía una población en cada una de las seis repúblicas. Yugoslavia pasó a ser un país con siete fronteras, seis repúblicas, cinco nacionalidades, cuatro idiomas, tres religiones, dos alfabetos y un líder.
La agitación nacionalista serbia iniciada por Milosevic a finales de la década de 1980 es considerado la clave del inicio de la disolución de este estado.1 Hubo muchos detonantes, pero los principales fueron la abolición de la autonomía de Kosovo por Milosevic en 1990, y sobre todo que los serbios de la región croata de la Krajina declararan su separación de Croacia en marzo de 1991, lo que llevó a Croacia y a Eslovenia declarar unilateralmente su independencia y producir un efecto contagio en el resto de repúblicas yugoslavas. Debido al choque entre el nacionalismo serbio (Milosevic), el croata (Tudjman) y el bosnio (Izetbegović) se degeneró en una guerra muy violenta. Meses después el 15 de enero de 1992 los países europeos de la CE y la comunidad internacional reconocen la independencia de Eslovenia y Croacia, provocando el fin de Yugoslavia,2 aunque Serbia y Montenegro seguirán usando esta denominación (sin reconocimiento internacional) hasta el 2003.
Ya que la estructura demográfica de Bosnia comprendía una población de serbios y croatas cercana al 50 % y con ideas de independencia basadas en las etnias más que en la nación, el control del territorio volvió a abrirse a diferentes interpretaciones, y grandes zonas de Bosnia, Croacia y Serbia se denominaron como zonas en disputa. Los elementos más importantes que fomentaron la discordia fueron la formación del Reino de Yugoslavia, la guerra civil y el genocidio (véase campo de concentración de Jasenovac) llevada a cabo por el Estado Independiente de Croacia durante la Segunda Guerra Mundial, la idea de la "Gran Serbia", y las adaptaciones balcánicas del Paneslavismo.
La desintegración de Yugoslavia está claramente relacionada en el contexto del fin de la guerra fría y la disolución de otros países del bloque oriental como la disolución de Checoslovaquia y la disolución de la URSS