La monumentalidad de las obras de arquitectura es sólo el reflejo de esa sociedad, pues las familias rivalizan en ostentar hacia la calle las fachadas de sus grandes palacios, obra de los genios artistas de esa época y la callejuela no satisface ese afán, provocando la creación de ampliaciones y plazas desde las cuales se obtengan puntos de vista favorables a tales obras haciendo notable ese ilogismo pues la plaza se hace para el edificio, no este para aquella. Sin embargo, esta multiplicación de espacios abiertos es benéfica para la ciudad, como lo son los grandes espacios arbolados, aunque privados, darán a estas ciudades aspectos jardinados si bien alejan o extienden las circulaciones.
Por otro lado, se buscará la calle recta originalmente para defensa, después con anchos hasta excesivos, servirán para los desfiles y carnavales, quedando como paseos y a sus lados los grandes palacios, sirviendo de marco perspectivo a los fondos del paseo, ocupados por el palacio principal, la catedral o el monumento.
La monumentalidad de las obras de arquitectura es sólo el reflejo de esa sociedad, pues las familias rivalizan en ostentar hacia la calle las fachadas de sus grandes palacios, obra de los genios artistas de esa época y la callejuela no satisface ese afán, provocando la creación de ampliaciones y plazas desde las cuales se obtengan puntos de vista favorables a tales obras haciendo notable ese ilogismo pues la plaza se hace para el edificio, no este para aquella. Sin embargo, esta multiplicación de espacios abiertos es benéfica para la ciudad, como lo son los grandes espacios arbolados, aunque privados, darán a estas ciudades aspectos jardinados si bien alejan o extienden las circulaciones.
Por otro lado, se buscará la calle recta originalmente para defensa, después con anchos hasta excesivos, servirán para los desfiles y carnavales, quedando como paseos y a sus lados los grandes palacios, sirviendo de marco perspectivo a los fondos del paseo, ocupados por el palacio principal, la catedral o el monumento.