Fue un cálculo cínico. Y al principio funcionó para ambas partes. Para su plan de atacar a Polonia, Hitler se aseguró la neutralidad de la Unión Soviética. Sabiendo que un ataque a Polonia provocaría una reacción por parte de sus potencias garantes Gran Bretaña y Francia, Hitler evitó una guerra en dos frentes. Con un acuerdo comercial adicional, ambos dictadores deciden intercambiar materias primas soviéticas por máquinas alemanas.
Hitler quería impedir un posible bloqueo naval británico, que había llevado a la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Stalin, por otro lado, creía que el Reich alemán se desgastaría en una larga guerra con las potencias occidentales. A más largo plazo, sin embargo, consideraba inevitable una guerra contra el Reich y quería utilizar el tiempo para ampliar sus arsenales.
Lo más importante, sin embargo, no estaba en el tratado oficial, sino en el protocolo adicional secreto: dividía a los países entre el Reich alemán y la Unión Soviética en áreas de influencia en caso de "transformaciones territoriales-políticas". Por ejemplo, Estonia, Letonia, la parte oriental de Polonia y la Besarabia rumana caerían en manos de la Unión Soviética como "esferas de interés", y la parte occidental de Polonia en manos del Reich alemán.
Sufrimiento infinito
El 1 de septiembre de 1939, la Wehrmacht alemana atacó Polonia. Dos semanas más tarde, el Ejército Rojo invadió Polonia desde el Este y luego ocupó gradualmente las otras áreas asignadas a la influencia soviética. La división de toda la Europa del Este se llevó a cabo en las dos primeras semanas del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Los oficiales militares, de inteligencia y administrativos alemanes y soviéticos trabajaron en estrecha colaboración.
Respuesta:
Fue un cálculo cínico. Y al principio funcionó para ambas partes. Para su plan de atacar a Polonia, Hitler se aseguró la neutralidad de la Unión Soviética. Sabiendo que un ataque a Polonia provocaría una reacción por parte de sus potencias garantes Gran Bretaña y Francia, Hitler evitó una guerra en dos frentes. Con un acuerdo comercial adicional, ambos dictadores deciden intercambiar materias primas soviéticas por máquinas alemanas.
Hitler quería impedir un posible bloqueo naval británico, que había llevado a la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Stalin, por otro lado, creía que el Reich alemán se desgastaría en una larga guerra con las potencias occidentales. A más largo plazo, sin embargo, consideraba inevitable una guerra contra el Reich y quería utilizar el tiempo para ampliar sus arsenales.
Lo más importante, sin embargo, no estaba en el tratado oficial, sino en el protocolo adicional secreto: dividía a los países entre el Reich alemán y la Unión Soviética en áreas de influencia en caso de "transformaciones territoriales-políticas". Por ejemplo, Estonia, Letonia, la parte oriental de Polonia y la Besarabia rumana caerían en manos de la Unión Soviética como "esferas de interés", y la parte occidental de Polonia en manos del Reich alemán.
Sufrimiento infinito
El 1 de septiembre de 1939, la Wehrmacht alemana atacó Polonia. Dos semanas más tarde, el Ejército Rojo invadió Polonia desde el Este y luego ocupó gradualmente las otras áreas asignadas a la influencia soviética. La división de toda la Europa del Este se llevó a cabo en las dos primeras semanas del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Los oficiales militares, de inteligencia y administrativos alemanes y soviéticos trabajaron en estrecha colaboración.
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