Texto "El reencuentro" Ataviada con su mejor atuendo, de estilo casual algo desteñido, aguardaba el vuelo PZ709 para partir hacia ese sitio jamás pensado. Ahí estaban: Nati, Javier y Luján con los ojos llorosos. Ellas tampoco podían disimular su pena, pero no tenía otro remedio más que dejarlos para probar otra suerte. Muy golpeada por la vida, sus ojos eternizaban una tristeza perenne, aunque no carente de esperanza. Toda ayuda habría sido insuficiente pues su soledad era infinita como aquel horizonte verdinegro. Resolver los problemas requería más que alguna que otra contribución. No solo tenía que alimentar y educar a tres niños sino también tenía que cargar con la responsabilidad que dejaran sobre ella personas malintencionadas. En aquel momento retumbaban en su cabeza las secuelas de su ingenuidad, era tan buena gente, por eso confiaba demasiado, sino cómo se explicaba salir de garante al vecino y quedarse más de una vez con todas las deudas, incluyendo los intereses por varios años. Aquello la ahogaba, pero más le pesaba la separación de sus hijos, hijos aún pequeños. Ya se había revolcado en muchos tipos de intentos, sin embargo, el problema superaba ampliamente sus posibilidades actuales. Vendió una parte del terreno donde vivía y compró los pasajes. Le quedaban apenas unos euros de reserva para alguna diligencia. Le habían prometido un trabajo para el mismo día en que llegara a tierras españolas. Así se marchó estrangulada por la tristeza, pero dispuesta a hacer el sacrificio necesario para estar de nuevo con sus amores. Los años habían pasado y nadie supo de ella, como si la hubiera tragado el océano, aquel que la viera un día alejarse. La búsqueda había sido incesante. Lo sucedido era incomprensible, pues había ido a buscar mejoras para ayudar a su familia, sin embargo, estaba casi como borrada, sin coordenadas. La duda quedaba entre si estaba viva o muerta. Sus hijos habían crecido y con ello la esperanza de recuperarla, aunque aquello fuera lo último que hicieran. Se acercaron a los medios de comunicación, a las radios, canales y todo cuanto podían para apelar a la solidaridad pública. Como Luján era muy talentosa, la alentaron a participar del concurso “La mejor historia”, para lograr de algún modo recuperar a su madre. Las noticias habían corrido por todos los puntos cardinales hasta que alguien se comunicó con el canal para dar información sobre una persona muy parecida a la foto publicada consecutivamente. Se trataba de una mujer que en el intento de huir de un local nocturno había sido atropellada y abandonada en la vereda de una calle oscura. La salvó la caridad de una familia que pasaba en coche por el lugar. La mujer además de sufrir fracturas múltiples había perdido la memoria, por eso una vez recuperada quedó al cuidado de aquella familia, pues estaba sin ningún documento, es decir, sin pasado ni identidad y si bien tenía características de extranjera nadie sabía nada de ella. Permaneció en aquella casa varios años. Cada tanto parecía recordar alguno que otro retazo de historia. Por momentos se acurrucaba de pánico y gritaba diciendo –no me hagan daño-. En otros momentos se dibujaba una alegría en el rostro cuando le venía la imagen de unos niños a quienes quería con el alma. Después rompía en llanto como si la añoranza sin dimensionarla la quemara. Luján ganó el concurso y el objetivo de reencontrarse con su madre parecía más cercano. Los contactos desde el canal posibilitaron dar con ella para luego traerla. Se hizo todo tipo de trámites hasta lograr que coincidentemente el mismo avión la trajera de vuelta a su hogar. Miles de personas esperaban por ella en el aeropuerto y otras millones lloraban siguiendo por televisión el reencuentro de una familia distanciada por la necesidad. Querían tenerla cerca, aunque ellas no los reconociera. Apenas bajó, todos emocionados fueron a abrazarla. Ella parecía no entender nada. Sin embargo, cuando le gritaron: - mamá, mamá- recuperó la memoria y lloró abrazada a sus hijos que ya no eran niños como cuando los dejó. Ella tampoco era la misma, había sido víctima de la trata de personas que no solo la dañó en su dignidad sino destruyó su vida, sin embargo, lo único invariable en el tiempo había sido el amor … el amor que la recuperó y le dio un giro a su universo. La solidaridad había sido tan grande que no solo se saldaron todas las cuentas contraídas, sino que ahí ante sus ojos tenía una casa como la de sus sueños y en ella a toda su familia querida. Responde : 1. ¿Cuáles son los lugares que se mencionan en el cuento? 2. ¿Cuáles son las razones por las que se realiza el viaje? 3. ¿Cuánto tiempo aproximado crees que transcurre en el relato? Justifica 4. ¿Cuál es el conflicto principal? 5. ¿Hay algún cambio en los personajes? ¿En cuáles de ellos? 6. ¿Qué quiere significar el narrador cuando dice “no tenía otro remedio”?
Answer

Life Enjoy

" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 KUDO.TIPS - All rights reserved.