La fragancia de una planta es invisible y se diluye en el aire. El perfume se debe a aceites esenciales volátiles que se evaporan rápidamente en contacto con el aire.
La naturaleza emplea el perfume de las flores para la atracción de insectos polinizadores y el aroma de las hojas protege a la planta de la desecación por calor. Las flores que se autofertilizan (que no necesitan del polen de otra flor o de otra planta de la misma especie para su fecundación) son casi siempre inodoras. En cambio, si la fertilización es cruzada, la especie protege este mecanismo mediante variados recursos, tales como el viento, el agua, los insectos ó los pájaro. En la historia evolutiva del reino vegetal, la polinización a través del viento o del agua se considera más primitiva que la producida por insectos (polinización entomófila) o por otros animales (polinización zoofila), es decir, que fueron los primeros mecanismos en aparecer. Una de las principales modificaciones que atrajeron a los insectos hacia una flor fue su perfume. El color, en cambio, atrajo a los pájaros.
Existe una interesante asociación entre el color y el perfume: cuánto más colorida es una flor, menos perfumada es. Esto se debe a que el perfume se origina a partir de la clorofila (pigmento verde) de la planta presente en los pétalos y en las hojas. Cuánto más de esa clorofila se modifica para generar perfume, la flor tiende a ser blanca, amarillo pálido, rosa, lila ó púrpura. Si la clorofila no se transforma en aromas, está se convertirá en pigmentos de fuertes colores. Aquéllas flores rojas, naranjas o azules rara vez son perfumadas.
La fragancia de una planta es invisible y se diluye en el aire. El perfume se debe a aceites esenciales volátiles que se evaporan rápidamente en contacto con el aire.
La naturaleza emplea el perfume de las flores para la atracción de insectos polinizadores y el aroma de las hojas protege a la planta de la desecación por calor. Las flores que se autofertilizan (que no necesitan del polen de otra flor o de otra planta de la misma especie para su fecundación) son casi siempre inodoras. En cambio, si la fertilización es cruzada, la especie protege este mecanismo mediante variados recursos, tales como el viento, el agua, los insectos ó los pájaro. En la historia evolutiva del reino vegetal, la polinización a través del viento o del agua se considera más primitiva que la producida por insectos (polinización entomófila) o por otros animales (polinización zoofila), es decir, que fueron los primeros mecanismos en aparecer. Una de las principales modificaciones que atrajeron a los insectos hacia una flor fue su perfume. El color, en cambio, atrajo a los pájaros.
Existe una interesante asociación entre el color y el perfume: cuánto más colorida es una flor, menos perfumada es. Esto se debe a que el perfume se origina a partir de la clorofila (pigmento verde) de la planta presente en los pétalos y en las hojas. Cuánto más de esa clorofila se modifica para generar perfume, la flor tiende a ser blanca, amarillo pálido, rosa, lila ó púrpura. Si la clorofila no se transforma en aromas, está se convertirá en pigmentos de fuertes colores. Aquéllas flores rojas, naranjas o azules rara vez son perfumadas.