La fragancia de una planta se diluye en el aire- cuánto más se la trata de oler, más se dispersa. El perfume se debe a aceites esenciales volátiles que se evaporan rápidamente en contacto con el aire.
La naturaleza emplea el perfume de las flores para la atracción de insectos polinizadores y el aroma de las hojas protege a la planta de la desecación por calor. Las flores que se autofertilizan (que no necesitan del polen de otra flor o de otra planta de la misma especie para su fecundación) son casi siempre inodoras
La fragancia de una planta se diluye en el aire- cuánto más se la trata de oler, más se dispersa. El perfume se debe a aceites esenciales volátiles que se evaporan rápidamente en contacto con el aire.
La naturaleza emplea el perfume de las flores para la atracción de insectos polinizadores y el aroma de las hojas protege a la planta de la desecación por calor. Las flores que se autofertilizan (que no necesitan del polen de otra flor o de otra planta de la misma especie para su fecundación) son casi siempre inodoras