Cierta vez unos viajeros encontraron cerca de una mina abandonada un muchachito indio dormido. Les llamo la atención que un ser humano estuviera en un parajo tan frió y solitario y trataron de averiguar como había llegado hasta allí, pero el permaneció completamente mudo. Les preguntaron el nombre de sus padres, sin obtener respuesta alguna. Los muraba extrañado como al no comprendiera una palabra.
Vacilaron entre dejarlo allí abandonado a su suerte o llevarlo consigo. Decidieron esto ultimo y montandolo a la grupa de una de sus cabalgaduras, fueron con el hasta el caserío mas cercano. Allí lo dejaron en manos de una buena mujer, que vivía con cierta comodidad y tenia dos hijos.
Ella lo tubo en su casita, lo visito y le dio de comer. Luego le preparo un blanco lecho y lo trajo con cariño. Pero el chico parecía un animalito del monte, pues no hablaba y miraba a su protectora.
Despues de unos dias, penso dedicarlo a la faena del campo y le dio un costal para que fuera a cosechar papas, pero el muchacho se puso a dormir y regreso sin las papas y sin el costal.
Al otro día la buena mujer se dijo: "No sirve para la cosecha, pero en algo tiene que ayudar. Hoy lo mandare a cuidar al rebaño". Y así se lo ordeno. Pero esa tarde el muchacho se presento con dos ovejas menos.
Su mayor placer consiste en seguir a los peones que trabajaban en las chozas. Se ontroducia allí sin que nadie se ocupara de el. Amaba la oscuridad y en los días del Sol se metía en el rincón mas oscuro de la casa.
Respuesta:
Cierta vez unos viajeros encontraron cerca de una mina abandonada un muchachito indio dormido. Les llamo la atención que un ser humano estuviera en un parajo tan frió y solitario y trataron de averiguar como había llegado hasta allí, pero el permaneció completamente mudo. Les preguntaron el nombre de sus padres, sin obtener respuesta alguna. Los muraba extrañado como al no comprendiera una palabra.
Vacilaron entre dejarlo allí abandonado a su suerte o llevarlo consigo. Decidieron esto ultimo y montandolo a la grupa de una de sus cabalgaduras, fueron con el hasta el caserío mas cercano. Allí lo dejaron en manos de una buena mujer, que vivía con cierta comodidad y tenia dos hijos.
Ella lo tubo en su casita, lo visito y le dio de comer. Luego le preparo un blanco lecho y lo trajo con cariño. Pero el chico parecía un animalito del monte, pues no hablaba y miraba a su protectora.
Despues de unos dias, penso dedicarlo a la faena del campo y le dio un costal para que fuera a cosechar papas, pero el muchacho se puso a dormir y regreso sin las papas y sin el costal.
Al otro día la buena mujer se dijo: "No sirve para la cosecha, pero en algo tiene que ayudar. Hoy lo mandare a cuidar al rebaño". Y así se lo ordeno. Pero esa tarde el muchacho se presento con dos ovejas menos.
Su mayor placer consiste en seguir a los peones que trabajaban en las chozas. Se ontroducia allí sin que nadie se ocupara de el. Amaba la oscuridad y en los días del Sol se metía en el rincón mas oscuro de la casa.