chicapug2004
MA 8.:1 - ¿Se puede ser feliz en una sociedad perfecta? ¿Por qué la obra Un mundo feliz de Huxley es una antiutopía?Si todo lo que hacemos lo hacemos con vistas a un fin, la felicidad será el fin último al que tienden nuestras acciones.Por otra parte, no resulta extraño decir que una sociedad puede (incluso debe) ser justa, cuando menos en el sentido de que se rija por leyes que hagan posible una adecuada relación entre sus miembros; normas en las que éstos puedan reconocerse y que proporcionen a la sociedad la estabilidad jurídica y política necesaria. No está tan claro que una sociedad pueda (y, mucho menos, deba) aspirar a ser feliz. Una sociedad democrática debe aspirar a ser justa, sin que ninguna concepción particular del bien y de la felicidad sea impuesta a las personas.La sociedad que Aldous Huxley describió en su novela, Un mundo feliz.En ese mundo, los seres humanos son divididos en castas y condicionados desde niños para acometer sin queja las tareas más ingratas. Se trata, pues, de producir esclavos satisfechos en el interior de una sociedad perfecta. En el mundo retratado por Huxley la única moral permitida es la que consolida las diferencias entre las castas sociales, cuyos miembros permanecen ignorantes (y felices).2 - Relaciona la teoría ética de Platón con sus concepciones políticas.Razón, ánimo y apetito son las tres partes del alma, según Platón. La razón es la sede de las funciones intelectuales; el ánimo es la sede de las pasiones nobles, como la valentía; y el apetito se refiere a los deseos e impulsos característicos del cuerpo. A cada una de estas partes le corresponde una virtud. La prudencia es la virtud propia de la razón, la fortaleza es la virtud característica del ánimo y la templanza es la virtud del apetito o parte concupiscible del alma. Tales partes y virtudes del alma se corresponden con los grupos sociales que caracterizan la sociedad (polis) perfecta.De este modo, una comunidad idealmente justa estaría constituida por los gobernantes prudentes que toman sus decisiones de acuerdo con la razón, por lo que son capaces de establecer leyes buenas y justas para todos; los guardianes auxiliares, que, al servicio de los intereses generales, acometen las empresas necesarias para la defensa del orden social; y, por último, los productores, encargados de satisfacer las necesidades materiales de la comunidad.Para Platón, una sociedad justa es aquélla en la que cada uno hace lo que le corresponde, del mismo modo que un hombre justo es aquél que somete sus apetitos y pasiones al control prudente de la razón.Según esta teoría, la ética es indisociable de la política, o lo que es lo mismo, la idea de un hombre justo no puede ser plenamente realizada al margen de la sociedad.La figura de Sócrates, maestro de Platón, injustamente condenado a muerte, representa en la obra platónica el símbolo vivo de esta convicción: la idea de que el hombre sabio y justo no puede vivir al margen de las leyes, y la idea de que sólo un orden justo y bueno puede dar lugar a hombres virtuosos, dispuestos a hacer lo que correspond