me ayudan porfa mira para la preguntas:Hidalgo Desde niño fue Hidalgo de la raza buena. Muy temprano leyó libros donde se explicaba el derecho que tiene el hombre a ser honrado y a pensar y hablar sin hipocresía.
Vio a los negros esclavos y se llenó de horror. Vio maltratar a los indios que son tan generosos y se sentó entre ellos como un hermano viejo a enseñarles las artes finas que el indio aprendió bien: la música que consuela: la cría del gusano que da seda: la cría de la abeja que da la miel. Tenía fuego en sí y le gustaba fabricar; hizo hornos para cocer los ladrillos.
Todos decían que hablaba muy bien y que sabía mucho el cura de Dolores. Decían que iba a la ciudad de Querétaro una que otra vez, a hablar con un grupo de valientes y con el marido de una buena señora. Un traidor le dijo a un comandante español que los amigos de Querétaro trataban de hacer a México libre.
El cura montó a caballo, y lo siguió todo su pueblo que lo quería como a su corazón. Se le fueron juntando los caporales y los sirvientes de las haciendas, que eran la caballería, los indios iban a pie con palos y flechas o con hondas y lanzas. Entró triunfante en Celaya con música y vivas. Al otro día juntó al Ayuntamiento. Lo hicieron general, y empezó un pueblo a nacer. El fabricó lanzas y granadas de mano. El dijo discursos que dan calor y echan chispas, como decía un caporal de las haciendas. Declaró libres a los esclavos y les devolvió sus tierras a los indios; él publicó un periódico que llamó “El Despertar Americano”. Ganó y perdió batallas. Un día se le juntaban siete mil hombres y otro día lo dejaban solo. La mala gente quería ir con él para robar en los pueblos y para vengarse de los españoles. Pero él les avisaba a los jefes españoles que, si los vencían en la batalla, los recibiría en su casa como amigos. ¡Eso era ser grande! Se atrevió a ser generoso sin miedo a que lo abandonaran los soldados, que querían que fuera cruel. Iban juntos Allende y él buscando amparo en su derrota, cuando los españoles les cayeron encima. Lo fusilaron una mañana, y su cabeza estuvo expuesta en una jaula en la Alhóndiga de Granaditas. Pero México es libre. MARCA LA RESPUESTA CORRECTA DE ACUERDO CON LA LECTURA.
1.- ¿A quiénes enseñó Miguel Hidalgo las artes finas? a) A los indios b) A los negros c) A los sirvientes d) A los caporales 2.- ¿En qué lugar se reunió el cura Hidalgo con amigos para pensar como liberar a México? a) En Celaya b) En Dolores c) En la ciudad de México d) En Querétaro 3.- ¿Quiénes formaron la caballería que acompañó al cura Hidalgo hacia Celaya? a) Negros y españoles b) Soldados y generales c) Españoles y extranjeros d) Caporales y sirvientes 4.- ¿Qué nombramiento le dieron a Miguel Hidalgo en Celaya? a) Hacendado b) comandante c) Caporal d) General 5.- ¿Por qué razón los españoles expusieron la cabeza de Hidalgo en la Alhóndiga de Granaditas? a) Para escarmiento de la gente que luchaba contra los españoles b) Porque no había lugar para sepultarlos en el lugar donde lo fusilaron c) Para evitar que los indios y los negros se la llevaran. d) Porque la querían ahí para construir un monumento. 6.- ¿Contra quién luchaba el cura Miguel Hidalgo? a) Los negros b) Los caporales c) Los españoles d) La caballería 7.- ¿A qué se refiere el texto cuando dice que Hidalgo: “se atrevió a ser generoso”? a) Que hizo caso a los consejos de los soldados b) Que fue un hombre bueno en todo momento c) Que se refugió con sus amigos en peligro d) Que ganó y perdió batallas
8.- Los caporales y los sirvientes de las haciendas se unieron a la lucha de Hidalgo porque a) Querían liberarse del dominio español b) Deseaban ser dueños de un caballo c) Querían ser educados como Hidalgo d) Deseaban aprender algún oficio 9.- ¿Qué palabra significa lo contrario de valiente? a) Débil b) Cobarde c) Astuto d) Arriesgado 10.- ¿Cuál es el tema principal de la lectura sobre Miguel Hidalgo? a) Trata sobre la forma en que Hidalgo conoció a Allende y como murieron juntos b) Trata del carácter del cura de Dolores y las artes que dominaba cuando era joven c) Se refiere a las relaciones amistosas que Miguel Hidalgo tenía en varias ciudades de México d) Se refiere a la lucha que emprendió el cura Hidalgo para liberar al pueblo mexicano del dominio
Respuesta:México siempre ha tenido mujeres y hombres valerosos. Hace más de cien años, tenía algunos, que no eran muchos, pero valían por muchos: media docena de hombres y una mujer preparaban el modo de hacer libre a su país. Eran unos cuantos jóvenes valientes, el esposo de una mujer liberal y un cura del pueblo que quería mucho a los indios, un cura de sesenta años. Desde niño fue el cura Hidalgo de la raza buena, de los que quieren saber. Los que no quieren saber son de la raza mala. Hidalgo sabía francés, que entonces era cosa de mérito, porque lo sabían pocos. Leyó libros que explicaban el derecho del hombre a ser honrado, a pensar y hablar sin hipocresía. Vio a los negros esclavos y se llenó de horror. Vio maltratar a los indios, que son tan mansos y generosos, y se sentó entre ellos, como un hermano viejo, a enseñarles las artes finas que el indio aprende bien: la música, que consuela; la cría del gusano, que da la seda; la cría de la abeja, que da miel. Tenía fuego en sí y le gustaba fabricar: creó hornos para cocer los ladrillos. Todos decían que hablaba muy bien, que sabía mucho nuevo, que daba muchas limosnas el señor cura del pueblo de Dolores. Decían que iba a la ciudad de Querétaro una que otra vez a hablar con unos cuantos valientes y con el marido de una buena señora. Un traidor le dijo a un comandante español que los amigos de Querétaro trataban de hacer a México libre.
El cura montó a caballo, con todo su pueblo, que lo quería como a su corazón; se le fueron juntando los caporales y los sirvientes de las haciendas, que eran la caballería. Los indios iban a pie, con palos y flechas o con hondas y lanzas. Se les unió un regimiento y tomó un convoy de pólvora que iba para los españoles.
Entró triunfante en Celaya, con músicas y vivas. Al otro día juntó el Ayuntamiento, lo hicieron general y empezó un pueblo a nacer. Él fabricó lanzas y granadas de mano.
Él dijo discursos que dan calor y echan chispas, como decía un caporal de las haciendas. Él declaró libres a los negros. Él les devolvió sus tierras a los indios. Él publicó un periódico que llamó El Despertador Americano. Ganó y perdió batallas.
Un día se le juntaban siete mil indios con flechas; y al otro día lo dejaban solo. La mala gente quería ir con él para robar en los pueblos y para vengarse de los españoles.
Él les avisaba a los jefes españoles que si los vencía en la batalla que iba a darles, los recibiría en su casa como amigos. ¡Eso es ser grande! Se atrevió a ser magnánimo, sin miedo a que lo abandonase la soldadesca, que quería que fuese cruel. Su compañero Allende tuvo celos de él, y él le cedió el mando a Allende. Iban juntos buscando amparo en su derrota cuando los españoles les cayeron encima. A Hidalgo le quitaron uno a uno, como para ofenderlo, los vestidos de sacerdote. Lo sacaron detrás de una tapia y le dispararon los tiros de muerte a la cabeza. Cayó vivo, revuelto en la sangre, y en el suelo lo acabaron de matar. Le cortaron la cabeza y la colgaron en una jaula, en la Alhóndiga misma de Granaditas, donde tuvo su gobierno. Enterraron los cadáveres descabezados. Pero México dio un gran paso hacia su libertad.
José Martí
Recuerdas que leíste:
"... los indios iban a pie con palos y flechas o con hondas y lanzas. Se les unió un regimiento..."
¿No te gustaría representar esta escena con tus compañeros?
Escoja cada uno su personaje:
¿Quién será Hidalgo?
¿Quiénes la harán de indios? ¿Y de soldados?
Anímense y representen ésta y otras escenas, a la hora que quieran.
Respuesta:México siempre ha tenido mujeres y hombres valerosos. Hace más de cien años, tenía algunos, que no eran muchos, pero valían por muchos: media docena de hombres y una mujer preparaban el modo de hacer libre a su país. Eran unos cuantos jóvenes valientes, el esposo de una mujer liberal y un cura del pueblo que quería mucho a los indios, un cura de sesenta años. Desde niño fue el cura Hidalgo de la raza buena, de los que quieren saber. Los que no quieren saber son de la raza mala. Hidalgo sabía francés, que entonces era cosa de mérito, porque lo sabían pocos. Leyó libros que explicaban el derecho del hombre a ser honrado, a pensar y hablar sin hipocresía. Vio a los negros esclavos y se llenó de horror. Vio maltratar a los indios, que son tan mansos y generosos, y se sentó entre ellos, como un hermano viejo, a enseñarles las artes finas que el indio aprende bien: la música, que consuela; la cría del gusano, que da la seda; la cría de la abeja, que da miel. Tenía fuego en sí y le gustaba fabricar: creó hornos para cocer los ladrillos. Todos decían que hablaba muy bien, que sabía mucho nuevo, que daba muchas limosnas el señor cura del pueblo de Dolores. Decían que iba a la ciudad de Querétaro una que otra vez a hablar con unos cuantos valientes y con el marido de una buena señora. Un traidor le dijo a un comandante español que los amigos de Querétaro trataban de hacer a México libre.
El cura montó a caballo, con todo su pueblo, que lo quería como a su corazón; se le fueron juntando los caporales y los sirvientes de las haciendas, que eran la caballería. Los indios iban a pie, con palos y flechas o con hondas y lanzas. Se les unió un regimiento y tomó un convoy de pólvora que iba para los españoles.
Entró triunfante en Celaya, con músicas y vivas. Al otro día juntó el Ayuntamiento, lo hicieron general y empezó un pueblo a nacer. Él fabricó lanzas y granadas de mano.
Él dijo discursos que dan calor y echan chispas, como decía un caporal de las haciendas. Él declaró libres a los negros. Él les devolvió sus tierras a los indios. Él publicó un periódico que llamó El Despertador Americano. Ganó y perdió batallas.
Un día se le juntaban siete mil indios con flechas; y al otro día lo dejaban solo. La mala gente quería ir con él para robar en los pueblos y para vengarse de los españoles.
Él les avisaba a los jefes españoles que si los vencía en la batalla que iba a darles, los recibiría en su casa como amigos. ¡Eso es ser grande! Se atrevió a ser magnánimo, sin miedo a que lo abandonase la soldadesca, que quería que fuese cruel. Su compañero Allende tuvo celos de él, y él le cedió el mando a Allende. Iban juntos buscando amparo en su derrota cuando los españoles les cayeron encima. A Hidalgo le quitaron uno a uno, como para ofenderlo, los vestidos de sacerdote. Lo sacaron detrás de una tapia y le dispararon los tiros de muerte a la cabeza. Cayó vivo, revuelto en la sangre, y en el suelo lo acabaron de matar. Le cortaron la cabeza y la colgaron en una jaula, en la Alhóndiga misma de Granaditas, donde tuvo su gobierno. Enterraron los cadáveres descabezados. Pero México dio un gran paso hacia su libertad.
José Martí
Recuerdas que leíste:
"... los indios iban a pie con palos y flechas o con hondas y lanzas. Se les unió un regimiento..."
¿No te gustaría representar esta escena con tus compañeros?
Escoja cada uno su personaje:
¿Quién será Hidalgo?
¿Quiénes la harán de indios? ¿Y de soldados?
Anímense y representen ésta y otras escenas, a la hora que quieran.