Diana100100
la burocracia considera el estado como su propiedad privada. Pero lo veía como una tendencia inherente a la burocracia. Es en la China de hoy donde esta evolución ha ido hasta el final. Esta burocracia totalmente incontrolada se ha aburguesado ya plenamente. Un ejemplo reciente ha sido dado por el Grupo de Seguridad de Chongking, un grupo dirigido por Wang Lijun hasta su detención tras su demanda de asilo en la embajada de los Estados Unidos, para escapar a un complot fomentado por el antiguo dirigente de Chongking, Bo Xilal /3. Fundada por los principales responsables de la policía de esta megalópolis, esta sociedad había demandado su registro, pasando por encima de la prohibición legal establecida para los departamentos de policía de dirigir compañías de seguridad.
Lo que ha desacreditado el socialismo en China, es el hecho de que el PCC, que había hecho una revolución contra el capitalismo burocrático del Kuomintang, haya acabado por abrazar el mismo modelo. Es bastante común hoy interpretar el término de revolución en su sentido original: algo que gira alrededor de su órbita para volver a su punto de partida. De hecho, el sentido original de la palabra china para revolución (“geming”) es el de un cambio de mandato divino para una dinastía. Sugiere así un cambio restringido al tipo de dirigentes, que no afecta al orden social dinástico, de hecho, la función de un geming es precisamente restaurar la paz dinástica. Numerosos intelectuales interpretan hoy la revolución de 1949 en una perspectiva así y, sobre esta base, toman posición contra la idea de revolución.
Yo no estoy de acuerdo en interpretar de esta forma la revolución de 1949. Incluso si el capitalismo burocrático ha sido restablecido por el PCC, que lo había erradicado anteriormente, ciertos frutos de esta revolución permanecen intactos: por ejemplo, la independencia de la nación o la propiedad colectiva de la tierra por los campesinos. Hay cada vez más tentativas de erosionar esta última conquista, a través de apropiaciones de tierras por parte de los gobiernos locales o por los delincuentes que son sus acólitos, pero los campesinos hacen también uso de sus derechos constitucionales para defender sus tierras.
La industrialización galopante organizada por el PCC tiene también como consecuencia modernizar la estructura económica y social de China, lo que alimenta las fuerzas sociales que podrían finalmente poner en cuestión una tradición milenaria de despotismo. El capitalismo burocrático permite a la burocracia saquear la economía a una escala espantosa, pero crea al mismo tiempo una nueva clase obrera formada a partir del éxodo rural, igual que impulsa el reagrupamiento de otras fuerzas sociales, como el campesinado y los estudiantes, en lucha contra esa burocracia.
Lo que ha desacreditado el socialismo en China, es el hecho de que el PCC, que había hecho una revolución contra el capitalismo burocrático del Kuomintang, haya acabado por abrazar el mismo modelo. Es bastante común hoy interpretar el término de revolución en su sentido original: algo que gira alrededor de su órbita para volver a su punto de partida. De hecho, el sentido original de la palabra china para revolución (“geming”) es el de un cambio de mandato divino para una dinastía. Sugiere así un cambio restringido al tipo de dirigentes, que no afecta al orden social dinástico, de hecho, la función de un geming es precisamente restaurar la paz dinástica. Numerosos intelectuales interpretan hoy la revolución de 1949 en una perspectiva así y, sobre esta base, toman posición contra la idea de revolución.
Yo no estoy de acuerdo en interpretar de esta forma la revolución de 1949. Incluso si el capitalismo burocrático ha sido restablecido por el PCC, que lo había erradicado anteriormente, ciertos frutos de esta revolución permanecen intactos: por ejemplo, la independencia de la nación o la propiedad colectiva de la tierra por los campesinos. Hay cada vez más tentativas de erosionar esta última conquista, a través de apropiaciones de tierras por parte de los gobiernos locales o por los delincuentes que son sus acólitos, pero los campesinos hacen también uso de sus derechos constitucionales para defender sus tierras.
La industrialización galopante organizada por el PCC tiene también como consecuencia modernizar la estructura económica y social de China, lo que alimenta las fuerzas sociales que podrían finalmente poner en cuestión una tradición milenaria de despotismo. El capitalismo burocrático permite a la burocracia saquear la economía a una escala espantosa, pero crea al mismo tiempo una nueva clase obrera formada a partir del éxodo rural, igual que impulsa el reagrupamiento de otras fuerzas sociales, como el campesinado y los estudiantes, en lucha contra esa burocracia.