En poco tiempo nosotros y nuestro pequeño rincón del mundo hemos cambiado. Nos dicen, que todo viene de afuera, crisis financiera, económica, imágenes feroces de guerras, confusiones y expectativas. Donde los intelectuales institucionales, los grupos `políticos profesionales, acomodan sus cuerpos y palabras para una avalancha de acontecimientos.
Pero para comprender el fondo del asunto es necesario no limitarse a las crisis financieras sino atender a las crisis de producción y de acumulación del capital generadas en los capitalismos atinoamericanos. Algunos críticos de la nueva onda que se oye en los círculos gobernantes de las dos Américas señalan que con la invasión masiva de capitales y la liberación del flujo de capitales se llego demasiado lejos. ¿Demasiado lejos con respecto a qué? Al incremento real de la producción necesaria para pagar a esos capitales sus intereses de renta: un imperialismo parasitario y belicista que necesita más y más para su expansión.
En poco tiempo nosotros y nuestro pequeño rincón del mundo hemos cambiado. Nos dicen, que todo viene de afuera, crisis financiera, económica, imágenes feroces de guerras, confusiones y expectativas. Donde los intelectuales institucionales, los grupos `políticos profesionales, acomodan sus cuerpos y palabras para una avalancha de acontecimientos.
Pero para comprender el fondo del asunto es necesario no limitarse a las crisis financieras sino atender a las crisis de producción y de acumulación del capital generadas en los capitalismos atinoamericanos. Algunos críticos de la nueva onda que se oye en los círculos gobernantes de las dos Américas señalan que con la invasión masiva de capitales y la liberación del flujo de capitales se llego demasiado lejos. ¿Demasiado lejos con respecto a qué? Al incremento real de la producción necesaria para pagar a esos capitales sus intereses de renta: un imperialismo parasitario y belicista que necesita más y más para su expansión.