La Revolución Francesa fue un proceso social y político que se desarrolló en Francia entre 1789 y 1799 cuyas principales consecuencias fueron la abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República, eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen.
Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía durante 75 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país.
La Revolución Francesa fue producto de muchos factores internos y externos que tuvieron mucha importancia a la hora de la manifestación en general, que estos hechos fueron provocados por el desequilibrio de la nación en cuanto a aspectos económicos, sociales y culturales; ya que no todos estaban en condiciones de igualdad, sin embargo se ha establecido que la actividad revolucionaria comenzó a gestarse cuando en el reinado de Luis XVI (1774-1792) se produjo una crisis en las finanzas reales, debido al crecimiento de la deuda pública. Es importante mencionar que a pesar de que Francia era un país con una economía en expansión, tenía una estructura social conflictiva y un estado monárquico en crisis. De hecho, puede hablarse de una crisis del Antiguo Régimen en toda Europa Occidental, pero en el Estado francés se torna en la causa principal de la crisis del campo y los levantamientos campesinos, además de la existencia de una burguesía que había adquirido conciencia de su papel en cuanto a los cambios que necesitaba la sociedad francesa de aquel entonces.
Existía así también una oposición generalizada contra reglas económicas y sociales que favorecían a grupos privilegiados, tal como se indica en la cita siguiente: “…la mayor parte de la población estaba descontenta a causa de la pobreza y la obligación de pagar impuestos elevados…” (1) a ello se sumaba la situación del Estado francés, el cual padecía una grave crisis financiera; gastaba mucho más de lo que ingresaba, en parte debido al apoyo económico enviado por el gobierno a las 13 colonias inglesas en la guerra de independencia y por el costo elevado que representaba la manutención de los grupos privilegiados.
Durante el reinado de Luis XV y Luis XVI, diferentes ministros, trataron sin éxito de reformar el sistema impositivo y convertirlo en un sistema más justo y uniforme. Tales iniciativas encontraron fuerte oposición en la nobleza, que se consideraba a sí misma garante en la lucha contra el despotismo. Dichos ministros tras un estudio detallado de la situación financiera, determinaron que ésta no era sostenible y que se precisaba llevar a cabo reformas importantes. Proponían un código tributario uniforme en lo concerniente a la tenencia de tierras.
Se considera que la Revolución Francesa tuvo dos fases fundamentales: siendo la primera la Monarquía constitucional entre 1789 y 1792 y otra la Convención entre 1792 y 1794, en la cual que se distingue el Periodo del Terror de 1793 y 1794, la misma concluye con el Golpe de Estado que dió Napoleón Bonaparte.
La Revolución francesa (en francés, Révolution française) fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
EXPLICACIÓN
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen
Respuesta:
La Revolución Francesa fue un proceso social y político que se desarrolló en Francia entre 1789 y 1799 cuyas principales consecuencias fueron la abolición de la monarquía absoluta y la proclamación de la República, eliminando las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen.
Si bien la organización política de Francia osciló entre república, imperio y monarquía durante 75 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país.
La Revolución Francesa fue producto de muchos factores internos y externos que tuvieron mucha importancia a la hora de la manifestación en general, que estos hechos fueron provocados por el desequilibrio de la nación en cuanto a aspectos económicos, sociales y culturales; ya que no todos estaban en condiciones de igualdad, sin embargo se ha establecido que la actividad revolucionaria comenzó a gestarse cuando en el reinado de Luis XVI (1774-1792) se produjo una crisis en las finanzas reales, debido al crecimiento de la deuda pública. Es importante mencionar que a pesar de que Francia era un país con una economía en expansión, tenía una estructura social conflictiva y un estado monárquico en crisis. De hecho, puede hablarse de una crisis del Antiguo Régimen en toda Europa Occidental, pero en el Estado francés se torna en la causa principal de la crisis del campo y los levantamientos campesinos, además de la existencia de una burguesía que había adquirido conciencia de su papel en cuanto a los cambios que necesitaba la sociedad francesa de aquel entonces.
Existía así también una oposición generalizada contra reglas económicas y sociales que favorecían a grupos privilegiados, tal como se indica en la cita siguiente: “…la mayor parte de la población estaba descontenta a causa de la pobreza y la obligación de pagar impuestos elevados…” (1) a ello se sumaba la situación del Estado francés, el cual padecía una grave crisis financiera; gastaba mucho más de lo que ingresaba, en parte debido al apoyo económico enviado por el gobierno a las 13 colonias inglesas en la guerra de independencia y por el costo elevado que representaba la manutención de los grupos privilegiados.
Durante el reinado de Luis XV y Luis XVI, diferentes ministros, trataron sin éxito de reformar el sistema impositivo y convertirlo en un sistema más justo y uniforme. Tales iniciativas encontraron fuerte oposición en la nobleza, que se consideraba a sí misma garante en la lucha contra el despotismo. Dichos ministros tras un estudio detallado de la situación financiera, determinaron que ésta no era sostenible y que se precisaba llevar a cabo reformas importantes. Proponían un código tributario uniforme en lo concerniente a la tenencia de tierras.
Se considera que la Revolución Francesa tuvo dos fases fundamentales: siendo la primera la Monarquía constitucional entre 1789 y 1792 y otra la Convención entre 1792 y 1794, en la cual que se distingue el Periodo del Terror de 1793 y 1794, la misma concluye con el Golpe de Estado que dió Napoleón Bonaparte.
Respuesta:
La Revolución francesa (en francés, Révolution française) fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
EXPLICACIÓN
La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen
en pocas palabras es eso