En la mitología griega, Eros (en griego antiguo Ἔρως) es el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad. En algunos mitos era hijo de Nicte y Erebo pero también se decía que fue de Afrodita y Ares aunque según El banquete de Platónfue concebido por Poros (la abundancia) y Penia (la pobreza) en el cumpleaños de Afrodita. Esto explicaba los diferentes aspectos del amor.
A veces era llamado Eleuterio (Ἐλευθερεύς), ‘el libertador’ como Dioniso. Su equivalente romano era Cupido (‘deseo’), también conocido como Amor.
Su estatua podía encontrarse en las palestras, uno de los principales lugares de reunión de los hombres con sus amados, y a él hacían sacrificios los espartanos antes de la batalla. Meleagro recoge este papel en un poema conservado en la Antología Palatina: «La reina Cipria, una mujer, aviva el fuego que enloquece a los hombres por las mujeres, pero el propio Eros convence la pasión de los hombres por los hombres».[1]
En la mitología griega, Eros (en griego antiguo Ἔρως) es el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad. En algunos mitos era hijo de Nicte y Erebo pero también se decía que fue de Afrodita y Ares aunque según El banquete de Platónfue concebido por Poros (la abundancia) y Penia (la pobreza) en el cumpleaños de Afrodita. Esto explicaba los diferentes aspectos del amor.
A veces era llamado Eleuterio (Ἐλευθερεύς), ‘el libertador’ como Dioniso. Su equivalente romano era Cupido (‘deseo’), también conocido como Amor.
Su estatua podía encontrarse en las palestras, uno de los principales lugares de reunión de los hombres con sus amados, y a él hacían sacrificios los espartanos antes de la batalla. Meleagro recoge este papel en un poema conservado en la Antología Palatina: «La reina Cipria, una mujer, aviva el fuego que enloquece a los hombres por las mujeres, pero el propio Eros convence la pasión de los hombres por los hombres».[1]