gorvenCuando primero me encontré con el término lectio divina (que signifi ca “lectura sagrada”), se me vino a la mente la idea de monjes ya mayores recluidos en un cuarto silencioso muy concentrados estudiando unos manuscritos medievales, mientras la luz del sol se proyecta a través de hermosos vitrales de colores iluminando las páginas de libros antiquísimos, y pensé que no sería algo que llegaría a mi experiencia personal.