jennyhernandezCategoría: Obras de Teatro de Drama N° Participantes: 3 Personajes:Laura, Sara, Luís
Libreto / Guión:
Nos encontramos en el salón comedor de una casa muy modesta, donde una niña de unos cinco o seis años se encuentra sentada cómodamente frente a la tele mientras ve su serie de dibujos animados preferida. La estancia está en penumbra, podemos ver el rostro hipnotizado de la niña gracias al resplandor de la tele. Se acerca la hora de la cena, y los padres de Laura están preparando comida en la cocina, completamente en silencio. De repente, un plato se rompe al caer al suelo causando un gran estruendo.
Luis: (Con rabia)
– ¡Vaya hombre!, se me ha resbalado de las manos mientras fregaba y ha ido a parar directamente al suelo de la cocina, no te preocupes, yo me encargo de recoger los restos.
Sara: (Con despecho)
– ¡Faltaría más!, estoy cansada de hacer yo sola todas las tareas de la casa y de que cuandoLuis: (Con el ceño fruncido y los trozos del plato roto entre sus manos)
– ¿Encima de que te ayudo lo mejor que puedo me lo echas en cara? ¡qué injusto!
Sara:
– Ya me conozco yo demasiado tus accidentes ¿por qué será que siempre que me ayudas en algo rompes alguna cosa con tus manazas? ¡diría que lo haces aposta para que al final no te pida ayuda nunca más!
Luis:
– Lo hago lo mejor que puedo, y me parece un ataque muy gratuito que me digas eso ¡ encima de todo lo que hago por ti y por esta familia!
Sara: (Mientras ordena el armario de la cocina)
– ¡No quiero oírte más, déjalo! a partir de ahora, y al igual que siempre yo me encargaré de todo. Me levanto por la mañana para ir al trabajo, y cuando regreso a casa, aún tengo que trabajar más ¡esto no puede ser!
Narrador: (Vemos como la pareja se queda en silencio, Luís termina de recoger los trozos del plato roto, y sale de la cocina dando un fuerte portazo.
Mientras en el salón, Laura ha estado escuchando la discusión y ha bajado el volumen de la televisión.)
Laura: (Apesadumbrada y soltando un largo suspiro)
– Ya están discutiendo otra vez, creo que voy a subir a mi habitación a leer un rato…
Narrador: (Vemos como Laura baja del sofá dando un brinco, apaga la televisión con el mando a distancia, y se dirige a su habitación.
Han pasado unos días, y nos encontramos ahora en el salón de la misma casa, donde la pareja de Sara y Luís vuelve a discutir acaloradamente)
Sara: (Con lágrimas en los ojos)
– ¡ Simplemente no lo puedo soportar más!, ya no soy feliz con esta vida, no soy feliz a tu lado. Lo mejor sería que pensáramos en pasar una temporada cada uno por su lado.
Luís: (Enfadado)
– ¡Esa es tu solución para todo, alejarte de los problemas!, ¿qué haremos con Laura, como se lo diremos?
Narrador: (Vemos como Laura se encuentra en el quicio de la puerta de su habitación, y con expresión triste escucha de nuevo la discusión de sus padres)
Laura: (Hablando con su oso de peluche)
– Me pone tan triste ver así a papá y mamá, no sé que hacer para ayudarles, yo solo quiero que volvamos a estar todos siempre contentos como cuando fuimos el año pasado de vacaciones a visitar a tía Corina.
Narrador: (Laura, acompañada de su oso de peluche camina despacio hacia el salón, donde en silencio se queda viendo a sus padres discutir)
Luís: (Gritando)
– ¡Está bien!, lo único que quieres es que te diga que siempre tienes la razón ¡tú nunca te equivocas, doña perfecta!
Sara: (Suspirando e hipando debido a las lágrimas que inundan su rostro)
– ¡Eso es!, lo único que quiero es eso ¡simplemente es que tú nunca quieres dar tu brazo a torcer, sobre todo cuando más te equivocas!
Laura: (Apareciendo de repente, con los ojos rojos de llorar)
– ¡Ya basta!, los adultos nunca os cansáis de gritar y de levantar la voz ¿así como vais a hacer las paces de una vez?, desde hace un tiempo jamás hacemos las cosas que hacíamos antes, ¡no salimos juntos! tan solo tengo ganas de estar triste. Mamá, dale un beso a papá y pídele perdón, tú siempre te enfadas por todo, ¡pero no tenemos la culpa! y papá, abraza a mamá y dile que la quieres, ella está siempre muy cansada y preocupada.
Narrador: (El matrimonio se mira sorprendido y avergonzado, abrazándose en silencio durante largo rato)
Luís: (Emocionado y con lágrimas en los ojos)
– Laura tiene tanta razón, deberíamos olvidar los problemas que nos separan, intentar reforzar todo lo que nos une ¡somos una familia!
Sara:
– Lo sé, llevamos demasiado tiempo discutiendo por las mismas tonterías, parece mentira que nuestra preciosa hija haya tenido que ser la única capaz de abrirnos los ojos. Nuestra pequeña se hace mayor.
Luís:
– Ven aquí Laura, gracias por enseñarnos que lo único que conseguimos así es hacernos daño una y otra vez, a partir de ahora tan solo buscaremos la felicidad del otro.
Narrador: (Vemos como la familia se abraza en silencio durante un largo rato) me ayudes a desgana siempre acabes armando un gran estropicio.
N° Participantes: 3
Personajes:Laura, Sara, Luís
Libreto / Guión:
Nos encontramos en el salón comedor de una casa muy modesta, donde una niña de unos cinco o seis años se encuentra sentada cómodamente frente a la tele mientras ve su serie de dibujos animados preferida. La estancia está en penumbra, podemos ver el rostro hipnotizado de la niña gracias al resplandor de la tele. Se acerca la hora de la cena, y los padres de Laura están preparando comida en la cocina, completamente en silencio. De repente, un plato se rompe al caer al suelo causando un gran estruendo.
Luis: (Con rabia)
– ¡Vaya hombre!, se me ha resbalado de las manos mientras fregaba y ha ido a parar directamente al suelo de la cocina, no te preocupes, yo me encargo de recoger los restos.
Sara: (Con despecho)
– ¡Faltaría más!, estoy cansada de hacer yo sola todas las tareas de la casa y de que cuandoLuis: (Con el ceño fruncido y los trozos del plato roto entre sus manos)
– ¿Encima de que te ayudo lo mejor que puedo me lo echas en cara? ¡qué injusto!
Sara:
– Ya me conozco yo demasiado tus accidentes ¿por qué será que siempre que me ayudas en algo rompes alguna cosa con tus manazas? ¡diría que lo haces aposta para que al final no te pida ayuda nunca más!
Luis:
– Lo hago lo mejor que puedo, y me parece un ataque muy gratuito que me digas eso ¡ encima de todo lo que hago por ti y por esta familia!
Sara: (Mientras ordena el armario de la cocina)
– ¡No quiero oírte más, déjalo! a partir de ahora, y al igual que siempre yo me encargaré de todo. Me levanto por la mañana para ir al trabajo, y cuando regreso a casa, aún tengo que trabajar más ¡esto no puede ser!
Narrador: (Vemos como la pareja se queda en silencio, Luís termina de recoger los trozos del plato roto, y sale de la cocina dando un fuerte portazo.
Mientras en el salón, Laura ha estado escuchando la discusión y ha bajado el volumen de la televisión.)
Laura: (Apesadumbrada y soltando un largo suspiro)
– Ya están discutiendo otra vez, creo que voy a subir a mi habitación a leer un rato…
Narrador: (Vemos como Laura baja del sofá dando un brinco, apaga la televisión con el mando a distancia, y se dirige a su habitación.
Han pasado unos días, y nos encontramos ahora en el salón de la misma casa, donde la pareja de Sara y Luís vuelve a discutir acaloradamente)
Sara: (Con lágrimas en los ojos)
– ¡ Simplemente no lo puedo soportar más!, ya no soy feliz con esta vida, no soy feliz a tu lado. Lo mejor sería que pensáramos en pasar una temporada cada uno por su lado.
Luís: (Enfadado)
– ¡Esa es tu solución para todo, alejarte de los problemas!, ¿qué haremos con Laura, como se lo diremos?
Narrador: (Vemos como Laura se encuentra en el quicio de la puerta de su habitación, y con expresión triste escucha de nuevo la discusión de sus padres)
Laura: (Hablando con su oso de peluche)
– Me pone tan triste ver así a papá y mamá, no sé que hacer para ayudarles, yo solo quiero que volvamos a estar todos siempre contentos como cuando fuimos el año pasado de vacaciones a visitar a tía Corina.
Narrador: (Laura, acompañada de su oso de peluche camina despacio hacia el salón, donde en silencio se queda viendo a sus padres discutir)
Luís: (Gritando)
– ¡Está bien!, lo único que quieres es que te diga que siempre tienes la razón ¡tú nunca te equivocas, doña perfecta!
Sara: (Suspirando e hipando debido a las lágrimas que inundan su rostro)
– ¡Eso es!, lo único que quiero es eso ¡simplemente es que tú nunca quieres dar tu brazo a torcer, sobre todo cuando más te equivocas!
Laura: (Apareciendo de repente, con los ojos rojos de llorar)
– ¡Ya basta!, los adultos nunca os cansáis de gritar y de levantar la voz ¿así como vais a hacer las paces de una vez?, desde hace un tiempo jamás hacemos las cosas que hacíamos antes, ¡no salimos juntos! tan solo tengo ganas de estar triste. Mamá, dale un beso a papá y pídele perdón, tú siempre te enfadas por todo, ¡pero no tenemos la culpa! y papá, abraza a mamá y dile que la quieres, ella está siempre muy cansada y preocupada.
Narrador: (El matrimonio se mira sorprendido y avergonzado, abrazándose en silencio durante largo rato)
Luís: (Emocionado y con lágrimas en los ojos)
– Laura tiene tanta razón, deberíamos olvidar los problemas que nos separan, intentar reforzar todo lo que nos une ¡somos una familia!
Sara:
– Lo sé, llevamos demasiado tiempo discutiendo por las mismas tonterías, parece mentira que nuestra preciosa hija haya tenido que ser la única capaz de abrirnos los ojos. Nuestra pequeña se hace mayor.
Luís:
– Ven aquí Laura, gracias por enseñarnos que lo único que conseguimos así es hacernos daño una y otra vez, a partir de ahora tan solo buscaremos la felicidad del otro.
Narrador: (Vemos como la familia se abraza en silencio durante un largo rato) me ayudes a desgana siempre acabes armando un gran estropicio.