miriamrodriguezc
Inmóvil en la luz, pero danzante, tu movimiento a la quietud se cría en la cima del vértigo se alía deteniendo, no al vuelo, sí al instante. Luz que no se derrama, ya diamante, detenido esplendor del mediodía, sol que no se consume ni se enfría de cenizas y fuego equidistante.
SONETO Espada, llama, incendio cincelado, que ni mi sed aviva ni la mata, absorta luz, lucero ensimismado: tu cuerpo de sí mismo se desata y cae y se dispersa tu blancura y vuelves a ser agua y tierra oscura. POEMA Esperé a que volvieras durante días, semanas, años quizá toda la vida desde que tengo memoria
Y nunca volviste Siempre tú, en mis sueños Siempre tú, en mis esperanzas Siempre tú
Y ahora que te vuelvo a ver qué suerte, ya no te necesito.
Luz que no se derrama, ya diamante, detenido esplendor del mediodía, sol que no se consume ni se enfría de cenizas y fuego equidistante.
SONETO
Espada, llama, incendio cincelado, que ni mi sed aviva ni la mata, absorta luz, lucero ensimismado:
tu cuerpo de sí mismo se desata y cae y se dispersa tu blancura y vuelves a ser agua y tierra oscura.
POEMA
Esperé a que volvieras
durante días, semanas, años
quizá toda la vida
desde que tengo memoria
Y nunca volviste
Siempre tú, en mis sueños
Siempre tú, en mis esperanzas
Siempre tú
Y ahora que te vuelvo a ver
qué suerte,
ya no te necesito.