De qué institución política se consideraba heredero Carlomagno
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Carlomagno fue uno de los dos hijos habidos en el matrimonio entre el rey de los francos, Pipino III, más conocido como Pipino el Breve, y su esposa Bertrada, hija de Cariberto, conde de Laón. Después de una larga tradición como mayordomos de palacio, la dinastía pipínida había alcanzado, primero, la gloria y la fama como militares, sobre todo por Carlos Martel, abuelo de Carlomagno, vencedor de los árabes en la batalla de Poitiers de 733 poco después, el padre de Carlomagno, Pipinoel Breve, con el apoyo tácito del estamento clerical franco (en especial, San Bonifacio) y el propio papa Zacarías, depuso al último rey merovingio, Childerico III, esgrimiendo la ya famosa causa inutilitatis, por la que Pipino pasó a titularse rex francorum. A pesar de ello, fue Carlomagno la culminación de este proceso, ya que la transmisión hereditaria del reino se hizo sin mayores problemas, y vino a legalizar una situación anómala en cuanto a sucesión regia. Por ello, Carlomagno representa la culminación de este proceso, a pesar de que su extraordinaria valía personal supo aprovechar la posibilidad de proyectar ese poder sobre gran parte de Europa. El propio Pipino puso la primera piedra cuando, en el 754, el papa Esteban III viajó hacia la abadía de Saint Dennis para ungirle con los óleos divinos, corroborando de esta manera la anterior unción regia. Pipino hizo que el papa también ungiera a sus dos hijos, Carlomagno y Carlomán, para que la jefatura de los francos fuese, desde esos momentos, hereditaria y aprobada por la Iglesia católica