jennifer152001
El derecho a ver televisión. A nadie puede prohibírsele ver ni aunque sea ciego.
Ser informado de manera veraz y oportuna. Sin verdades a medias, sin sesgamientos y obviamente sin mentiras. Aunque estemos en campañas políticas.
El derecho a que se nos separe con claridad la información de la opinión y de la publicidad. Esta mezcla es explosiva.
El derecho a que los contenidos de los programas se ajusten a las franjas de audiencia. Si son infantiles que sean para niños, si son de adúlteros, perdón, de adultos, que sean a altas horas de la noche. Y que lo especifiquen.
El derecho a que se respeten los horarios de los programas y que se informe de manera oportuna el cambio de los mismos. Ya es hora.
El derecho a recibir libre y gratuitamente la señal de los canales de televisión abierta. Para que la televisión sea un ser-vicio público.
El derecho a la rectificación cuando una información no es verdadera. Esto es verdad.
El derecho a que prime el interés de la audiencia en su calidad de ciudadanos y no de consumidores. Los televidentes somos personas, no estadísticas.
El derecho a la calidad en los contenidos y en la forma. ¡Calidad, por caridad!
El derecho a que se respeten los valores. Aunque se pierda plata.
El derecho a opinar sobre la programación. Especialmente cuando es mala.
El derecho a organizarse en ligas y asociaciones de televidentes. La unión hace la fuerza.
El derecho a no ser molestado porque le gusta la televisión hecha con buen gusto.
El derecho a entretenerse sana y amenamente.
El derecho a ver muchos canales, muchas opciones.
El derecho a participar en los programas.
El derecho a que no me saturen de violencia, sexo, sensacionalismo, cursilería.
El derecho a una televisión de confianza.
El derecho a que por el ánimo de lucro no nos restrieguen los problemas que nos han hecho sufrir tanto.
El derecho a que los extranjeros que ven nuestra televisión no se formen la idea de que somos asesinos, narcotraficantes y basura.
El derecho a apagar.
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dani6265
Significa que tenemos derecho a ver televisión pero que se respeten los horarios, escoger nuestro canal favorito o que nos guste sin ningun problema
Ser informado de manera veraz y oportuna. Sin verdades a medias, sin sesgamientos y obviamente sin mentiras. Aunque estemos en campañas políticas.
El derecho a que se nos separe con claridad la información de la opinión y de la publicidad. Esta mezcla es explosiva.
El derecho a que los contenidos de los programas se ajusten a las franjas de audiencia. Si son infantiles que sean para niños, si son de adúlteros, perdón, de adultos, que sean a altas horas de la noche. Y que lo especifiquen.
El derecho a que se respeten los horarios de los programas y que se informe de manera oportuna el cambio de los mismos. Ya es hora.
El derecho a recibir libre y gratuitamente la señal de los canales de televisión abierta. Para que la televisión sea un ser-vicio público.
El derecho a la rectificación cuando una información no es verdadera. Esto es verdad.
El derecho a que prime el interés de la audiencia en su calidad de ciudadanos y no de consumidores. Los televidentes somos personas, no estadísticas.
El derecho a la calidad en los contenidos y en la forma. ¡Calidad, por caridad!
El derecho a que se respeten los valores. Aunque se pierda plata.
El derecho a opinar sobre la programación. Especialmente cuando es mala.
El derecho a organizarse en ligas y asociaciones de televidentes. La unión hace la fuerza.
El derecho a no ser molestado porque le gusta la televisión hecha con buen gusto.
El derecho a entretenerse sana y amenamente.
El derecho a ver muchos canales, muchas opciones.
El derecho a participar en los programas.
El derecho a que no me saturen de violencia, sexo, sensacionalismo, cursilería.
El derecho a una televisión de confianza.
El derecho a que por el ánimo de lucro no nos restrieguen los problemas que nos han hecho sufrir tanto.
El derecho a que los extranjeros que ven nuestra televisión no se formen la idea de que somos asesinos, narcotraficantes y basura.
El derecho a apagar.