La base de la vida social de las abejas se centra en la constitución de una familia compuesta de una madre reproductora junto a la cual las hijas permanecen como obreras.
El vínculo que une a las abejas es la trofalaxis, complicado ritual de entrega y recepción de alimento en donde un recolector trae a la colonia una carga de provisiones. La abeja recolectora ofrece parte del botín a otra obrera que lo pide sacando su "lengua" hasta recibir una porción que rezuma del aparato bucal de la primera. Luego se separan y la que lleva el botín se acerca a otra abeja. Incluso ya dentro de la colmena, las abejas entregan y reciben alimento, de tal modo que hay una constante circulación de comida entre las abejas. Esta conducta de intercambio de alimento es instintiva e innata y las antenas actúan como elementos imprescindibles para la consecución del intercambio de alimento.
Este intercambio de alimento forma un sistema de circulación para el paso de sustancias químicas de abeja en abeja. Estas sustancias se encargan de regular la producción de las distintas "clases sociales" en la colmena. Según el alimento suministrado por las obreras se forman las diversas clases de adultos: obreras, zánganos o reinas. Mientras en la colmena hay una reina activa, no se producen otras; tan pronto como empieza a decaer o muere, las obreras empiezan a construir las características celdas reales. Estas son algo mayores que las celdas ordinarias y en ellas sólo se crían futuras reinas. La construcción se inicia cuando el suministro de jalea real que circula por la colmena mediante la trofalaxis empieza a disminuir. Dicha sustancia se produce en las glándulas cefálicas de la reina, que al lamerse el cuerpo se lo embadurna con esta jalea, la cual a su vez la lamen las obreras que se encargan de su aseo. Estas la hacen pasar a otras y así sucesivamente. Podemos afirmar que el "poder" de la reina sobre la colmena depende de la jalea real; mientras esta circula por la colmena, las obreras no producirán reinas sucesoras.
El intercambio de alimento entre los insectos sociales seguramente está relacionado con la forma de reconocer a sus compañeros. Cada colmena tiene su olor propio que todos los miembros del grupo llevan consigo. El olor que distingue a una colonia de otra puede ser debido al hecho de que todos los individuos de una misma colonia comen alimento que es reunido por unos cuantos de sus compañeros y que pasa boca en boca.
El trabajo en una colmena es muy complicadoLas abejas construyen el panal con placas de cera secretada por unas glándulas situadas en su abdomen. La reina pondrá un huevo en cada celda y cuando las larvas salen del huevo son alimentadas con miel y polen y con las secreciones de las glándulas de algunas de las obreras. Las larvas ya desarrolladas son encerradas en una celda; cuando se han convertido en abejas adultas salen rompiendo la cubierta. Las obreras tienen otras muchas misiones aparte de recoger alimento y guardar la colmena. Pasan mucho tiempo limpiando la colmena y renovando el aire con las alas para refrescarla y ventilarla.
Por regla general, el trabajo que realiza una abeja adulta depende de la edad:
Se encarga de la limpieza de la colmena durante los primeros días de su vida. Alimenta a las larvas hasta más o menos el día décimo A partir del día décimo empieza a construir el panal Alrededor del día quince cumple con los deberes de la guardia Hacia el día veinte sale de la colmena para recoger alimento.
Sin embargo, la relación de edad y cargo no es inflexible; si hay necesidad de un mayor grupo de recolectores, se unen a él abejas más jóvenes de lo normal.
La abeja es capaz de aprender la posición de los suministros de alimento y de distinguir las formas del terreno a lo largo del camino que siguen al salir de la colmena. Además tiene la capacidad de comunicar todos estos conocimientos a las otras recolectoras cuando vuelve a la colmena mediante danzas complicadas asi
La base de la vida social de las abejas se centra en la constitución de una familia compuesta de una madre reproductora junto a la cual las hijas permanecen como obreras.
El vínculo que une a las abejas es la trofalaxis, complicado ritual de entrega y recepción de alimento en donde un recolector trae a la colonia una carga de provisiones. La abeja recolectora ofrece parte del botín a otra obrera que lo pide sacando su "lengua" hasta recibir una porción que rezuma del aparato bucal de la primera. Luego se separan y la que lleva el botín se acerca a otra abeja. Incluso ya dentro de la colmena, las abejas entregan y reciben alimento, de tal modo que hay una constante circulación de comida entre las abejas. Esta conducta de intercambio de alimento es instintiva e innata y las antenas actúan como elementos imprescindibles para la consecución del intercambio de alimento.
Este intercambio de alimento forma un sistema de circulación para el paso de sustancias químicas de abeja en abeja. Estas sustancias se encargan de regular la producción de las distintas "clases sociales" en la colmena. Según el alimento suministrado por las obreras se forman las diversas clases de adultos: obreras, zánganos o reinas. Mientras en la colmena hay una reina activa, no se producen otras; tan pronto como empieza a decaer o muere, las obreras empiezan a construir las características celdas reales. Estas son algo mayores que las celdas ordinarias y en ellas sólo se crían futuras reinas. La construcción se inicia cuando el suministro de jalea real que circula por la colmena mediante la trofalaxis empieza a disminuir. Dicha sustancia se produce en las glándulas cefálicas de la reina, que al lamerse el cuerpo se lo embadurna con esta jalea, la cual a su vez la lamen las obreras que se encargan de su aseo. Estas la hacen pasar a otras y así sucesivamente. Podemos afirmar que el "poder" de la reina sobre la colmena depende de la jalea real; mientras esta circula por la colmena, las obreras no producirán reinas sucesoras.
El intercambio de alimento entre los insectos sociales seguramente está relacionado con la forma de reconocer a sus compañeros. Cada colmena tiene su olor propio que todos los miembros del grupo llevan consigo. El olor que distingue a una colonia de otra puede ser debido al hecho de que todos los individuos de una misma colonia comen alimento que es reunido por unos cuantos de sus compañeros y que pasa boca en boca.
El trabajo en una colmena es muy complicadoLas abejas construyen el panal con placas de cera secretada por unas glándulas situadas en su abdomen. La reina pondrá un huevo en cada celda y cuando las larvas salen del huevo son alimentadas con miel y polen y con las secreciones de las glándulas de algunas de las obreras. Las larvas ya desarrolladas son encerradas en una celda; cuando se han convertido en abejas adultas salen rompiendo la cubierta.Las obreras tienen otras muchas misiones aparte de recoger alimento y guardar la colmena. Pasan mucho tiempo limpiando la colmena y renovando el aire con las alas para refrescarla y ventilarla.
Por regla general, el trabajo que realiza una abeja adulta depende de la edad:
Se encarga de la limpieza de la colmena durante los primeros días de su vida.Alimenta a las larvas hasta más o menos el día décimo
A partir del día décimo empieza a construir el panal
Alrededor del día quince cumple con los deberes de la guardia
Hacia el día veinte sale de la colmena para recoger alimento.
Sin embargo, la relación de edad y cargo no es inflexible; si hay necesidad de un mayor grupo de recolectores, se unen a él abejas más jóvenes de lo normal.
La abeja es capaz de aprender la posición de los suministros de alimento y de distinguir las formas del terreno a lo largo del camino que siguen al salir de la colmena. Además tiene la capacidad de comunicar todos estos conocimientos a las otras recolectoras cuando vuelve a la colmena mediante danzas complicadas asi