A diferencia de los animales, el hombre no sólo tiene sexo, tiene una vida erótica. Erotismo deriva de Eros, el dios griego que sería Amor para los romanos; pero Eros no sólo es el amor como lo conocemos, tiene una riqueza de significado que no podemos acotar solamente con una palabra --y el hecho de que sólo tengamos la palabra "amor" para referirnos a esta emoción policromática que es en realidad varias emociones y formas de relacionarnos empobrece nuestro lenguaje y nuestro mundo. En El Banquete de Platón se debate si Eros es un dios, un daemon o si es una emoción o una fuerza cósmica. Hay diferentes puntos de vista, pero podemos decir que Eros es tanto el dios que en una versión nace de Venus, la belleza, y como tal es lo que nos eleva hacia lo divino (a recordar las imágenes del alma) y que en la versión órfica es el primero de los dioses, el protogonos, que también es llamado Fanes, la Luz, el dios que brota del huevo cósmico primordial: el primer animal de lo visible, parafraseando a Lezama Lima.
Que Eros sea el mismo que Fanes es altamente revelador, puesto que Fanes, palabra que significa luz o aparición, es la raíz de nuestra palabra fantasía. Es la fantasía, el rasgo esencial del erotismo. La psicóloga Esther Perel, autora del libro Mating in Captivity: Unlocking Erotic Intelligence sostiene que es la transformación de lo sexual en erotismo a través de la imaginación y la fantasía lo que nos hace humanos propiamente.
A diferencia de los animales, el hombre no sólo tiene sexo, tiene una vida erótica. Erotismo deriva de Eros, el dios griego que sería Amor para los romanos; pero Eros no sólo es el amor como lo conocemos, tiene una riqueza de significado que no podemos acotar solamente con una palabra --y el hecho de que sólo tengamos la palabra "amor" para referirnos a esta emoción policromática que es en realidad varias emociones y formas de relacionarnos empobrece nuestro lenguaje y nuestro mundo. En El Banquete de Platón se debate si Eros es un dios, un daemon o si es una emoción o una fuerza cósmica. Hay diferentes puntos de vista, pero podemos decir que Eros es tanto el dios que en una versión nace de Venus, la belleza, y como tal es lo que nos eleva hacia lo divino (a recordar las imágenes del alma) y que en la versión órfica es el primero de los dioses, el protogonos, que también es llamado Fanes, la Luz, el dios que brota del huevo cósmico primordial: el primer animal de lo visible, parafraseando a Lezama Lima.
Que Eros sea el mismo que Fanes es altamente revelador, puesto que Fanes, palabra que significa luz o aparición, es la raíz de nuestra palabra fantasía. Es la fantasía, el rasgo esencial del erotismo. La psicóloga Esther Perel, autora del libro Mating in Captivity: Unlocking Erotic Intelligence sostiene que es la transformación de lo sexual en erotismo a través de la imaginación y la fantasía lo que nos hace humanos propiamente.