El concepto de “América Latina” fue creado por un sociologo francés, Michel Chevalier, en el siglo XIX, cuando el emperador Maximiliano fue instalado en México y los franceses querían justificar una expedición militar a ese país con la idea de expandir su imperio a los paises del sur.
Michel Chevalier, el intelectual viajero y senador francés de mediados del siglo XIX, era un abanderado de los suelos imperialistas de Francia en América, y quería probar que Francia, y no Estados Unidos, era el país con mayorea afinidades históricas con la región, cosa absurda de por sí, considerando a España y Portugal. Chevalier argumentaba que los países al sur de Estados Unidos eran “latinos” y “católicos”, mientras que los Estados Unidos y Canadá eran “anglosajones” y “protestantes”. La conclusión lógica, para Chevarlier claro está, de esta división de América era que Francia, la principal potencia “latina” del mundo de entonces, estaba llamada a liderar a sus naciones hermanas en las Américas. Pocos años después, España acuñaría un término para marcar su propio rol de liderazgo en la región: Iberoamérica.
Chevalier había llegado a convencer a Napoleón III de instalar al emperador Maximiliano en México, como una avanzada de lo que esperaba se convirtiera en un inmenso imperio francés en el nuevo continente.
Otra versión sostiene que, fueron los propios latinoamericanos, a través de ensayistas como el dominicano Francisco Muñoz del Monte, los chilenos Santiago Arcos y Francisco Bilbao, y, sobre todo, el colombiano José María Torres Caicedo, que emperazon a usarlo como referencia geográfica a comienzos de la década de 1850, algunos años antes de los escritos de Chevalier. Los hispanoamericanos adoptaron el término como reivindicación en un momento en que Estados Unidos parecía empeñado en crear un imperio que se extendería cada vez más hacia el sur del continente.
El concepto de “América Latina” fue creado por un sociologo francés, Michel Chevalier, en el siglo XIX, cuando el emperador Maximiliano fue instalado en México y los franceses querían justificar una expedición militar a ese país con la idea de expandir su imperio a los paises del sur.
Michel Chevalier, el intelectual viajero y senador francés de mediados del siglo XIX, era un abanderado de los suelos imperialistas de Francia en América, y quería probar que Francia, y no Estados Unidos, era el país con mayorea afinidades históricas con la región, cosa absurda de por sí, considerando a España y Portugal. Chevalier argumentaba que los países al sur de Estados Unidos eran “latinos” y “católicos”, mientras que los Estados Unidos y Canadá eran “anglosajones” y “protestantes”. La conclusión lógica, para Chevarlier claro está, de esta división de América era que Francia, la principal potencia “latina” del mundo de entonces, estaba llamada a liderar a sus naciones hermanas en las Américas. Pocos años después, España acuñaría un término para marcar su propio rol de liderazgo en la región: Iberoamérica.
Chevalier había llegado a convencer a Napoleón III de instalar al emperador Maximiliano en México, como una avanzada de lo que esperaba se convirtiera en un inmenso imperio francés en el nuevo continente.
Otra versión sostiene que, fueron los propios latinoamericanos, a través de ensayistas como el dominicano Francisco Muñoz del Monte, los chilenos Santiago Arcos y Francisco Bilbao, y, sobre todo, el colombiano José María Torres Caicedo, que emperazon a usarlo como referencia geográfica a comienzos de la década de 1850, algunos años antes de los escritos de Chevalier. Los hispanoamericanos adoptaron el término como reivindicación en un momento en que Estados Unidos parecía empeñado en crear un imperio que se extendería cada vez más hacia el sur del continente.