Desconfiar es el primer paso para tener certezas. Aunque suene contradictorio, así es.
No dar nada por sentado, no confiarse demasiado de un hecho, descartar los condicionales completamente y poner en duda las propias capacidades puede ayudar a cualquier persona a tomar mejores decisiones.
En muchas ocasiones, las decisiones dependen de otros factores. El típico "si pasa esto hago esto otro". En estos casos lo mejor es desconfiar, asumir que ese condicional no ocurrirá y que la decisión todavía puede tomarse pero sin depender de otro factor. Es decir, simplificar el proceso.
2) Confiar en las probabilidades
Las estadísticas pueden hacer que cualquier decisión sea más sencilla, analizando las probabilidades de que el evento que deseamos ocurra.
¿Con qué frecuencia pasa esto? ¿Qué posibilidades tengo de que me digan que sí? ¿Cuáles son mis probabilidades de tener éxito? Con estas preguntas se iniciará un análisis de todos los factores implicados, y así se llegará a una decisión más sensata.
3) Aprender de decisiones anteriores
Debido a que se toman con frecuencia, es fácil recordar decisiones similares anteriores y analizar sus resultados para usar esta experiencia en decisiones actuales.
Es necesario aclarar que este método puede llevar al trabajador a limitarse y ponerse frenos basado en malas experiencias anteriores. Esa no es la idea, sino la de comparar situaciones y aprender de ellas.
1) Desconfiar
Desconfiar es el primer paso para tener certezas. Aunque suene contradictorio, así es.
No dar nada por sentado, no confiarse demasiado de un hecho, descartar los condicionales completamente y poner en duda las propias capacidades puede ayudar a cualquier persona a tomar mejores decisiones.
En muchas ocasiones, las decisiones dependen de otros factores. El típico "si pasa esto hago esto otro". En estos casos lo mejor es desconfiar, asumir que ese condicional no ocurrirá y que la decisión todavía puede tomarse pero sin depender de otro factor. Es decir, simplificar el proceso.
2) Confiar en las probabilidades
Las estadísticas pueden hacer que cualquier decisión sea más sencilla, analizando las probabilidades de que el evento que deseamos ocurra.
¿Con qué frecuencia pasa esto? ¿Qué posibilidades tengo de que me digan que sí? ¿Cuáles son mis probabilidades de tener éxito? Con estas preguntas se iniciará un análisis de todos los factores implicados, y así se llegará a una decisión más sensata.
3) Aprender de decisiones anteriores
Debido a que se toman con frecuencia, es fácil recordar decisiones similares anteriores y analizar sus resultados para usar esta experiencia en decisiones actuales.
Es necesario aclarar que este método puede llevar al trabajador a limitarse y ponerse frenos basado en malas experiencias anteriores. Esa no es la idea, sino la de comparar situaciones y aprender de ellas.
pensar primero antes de tomes una decisión para no cometer una tontería