“..cuando de vos se viere desterrado, -¡ay?-¿qué le quedará sino recelo, y noche, y amargor, y llanto, y muerte?..” (F.LUIS DE LEÓN)
“…Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras…” (S.JUAN DE LA CRUZ)
El polisíndeton produce, en palabras de Dámaso Alonso1, una detención meditativa. Sensación de que los elementos van apareciendo aisladamente, uno después de otro, en la imaginación con cadencia, con un ritmo más pausado. Las conjunciones van sumando uno a uno los elementos de la serie (frecuentemente, una enumeración). Demora la acción, produce sensación de lentitud y, quizá, de gravedad y solemnidad. A todo ello y a cierta capacidad enfática contribuye el carácter anafórico de la conjunción.
Ejemplos:
“Garfios y uñas y garras y zarpas”
“..cuando de vos se viere desterrado,
-¡ay?-¿qué le quedará sino recelo,
y noche, y amargor, y llanto, y muerte?..” (F.LUIS DE LEÓN)
“…Buscando mis amores
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras…” (S.JUAN DE LA CRUZ)
El polisíndeton produce, en palabras de Dámaso Alonso1, una detención meditativa. Sensación de que los elementos van apareciendo aisladamente, uno después de otro, en la imaginación con cadencia, con un ritmo más pausado. Las conjunciones van sumando uno a uno los elementos de la serie (frecuentemente, una enumeración). Demora la acción, produce sensación de lentitud y, quizá, de gravedad y solemnidad. A todo ello y a cierta capacidad enfática contribuye el carácter anafórico de la conjunción.