erikbarajas94jhonEn el siglo XVII era una herramienta propia de gentilhombres y damas de la alta sociedad europea, una pieza refinada que mostraban orgullosos colgándola de cadenas de oro o de la empuñadura de sus bastones. Si bien los griegos y romanos utilizaban tapones de corcho para sellar las ánforas de terracota que contenían el vino, con la caída del imperio romano en el siglo V esta práctica cayó en desuso hasta el siglo XVII. Es en este período cuando la evolución de las técnicas de soplado del vidrio permite fabricar en masa botellas de cuello estrecho, que se comienzan a cerrar con tapones de corcho. A partir del siglo XIX se desarrollaron diferentes modelos de sacacorchos, registrándose sólo en Inglaterra más de 350 patentes. Hoy en día muchos establecimientos de hostelería cuentan sacacorchos de pared, eficaces pero de un tamaño considerable, y los coleccionistas acumulan sacacorchos figurativos con elaboradas tallas en sus mangos. Pero tres son los tipos más comunes actualmente: el sacacorchos simple, constituido por un mango fabricado habitualmente con madera dura (boj, nogal, haya…) y una espiral metálica como el diseño original del reverendo Henshall, el sacacorchos plegable, frecuente en la hostelería, y el sacacorchos de alas, el más popular en el ámbito doméstico. El primer sacacorchos plegable fue patentado en Rostock en el año 1882 por Karl F.A. Wienke y el diseño ha llegado hasta hoy con pocas alteraciones. Pronto se convirtió en modelo más común en la hostelería, hasta el punto de llegar a ser conocido como “El amigo de los camareros”, pues sus 11,5 cm permitían guardarlo en el bolsillo. El sacacorchos de alas es un invento más reciente. Fue patentado en Estados Unidos en Octubre de 1928 por Dominick Rosati. El mecanismo, más complejo que los anteriores, consiste en dos brazos que contienen unas ruedas dentadas para elevar fácilmente la espiral metálica central una vez introducida en el corcho