Cuando Álvaro se despertó, se levantó de la cama, se cepilló los dientes, se lavó la cara y bajó a la cocina. Tomó una taza y se sirvió leche para desayunar.
Cuando comenzó a tomar la leche y a comer las galletas, vio una nota que decía:
En ese momento recordó que ese día su madre no iba a estar en casa ya que tenía que ir a cuidar a su hermana porque estaba enferma. Y por ese motivo le pidió a su hijo que se encargara de la compra diaria.
Pensó por un momento en que no iría a comprar porque no tenía ganas y cuando viniera su mamá le diría que no hizo los mandados ya que le dolía la panza. Pero después razonó y se dijo así mismo que lo iba a hacer ya que no estaba bien mentir y que era bueno ayudar a su madre para aliviarla con las tareas hogareñas.
Así que se bañó rápidamente, tomó el dinero y se dirigió a la puerta.
Cuando abrió la puerta se quedó asombrado: había muchísimos animales caminando por la calle, comprando diversos artículos, manejando vehículos y demás. Álvaro se quedó con la boca abierta por el asombro. No comprendía nada de lo que ocurría y para poder comprender algo le tocó el hombro a un cerdito que pasaba por allá y le preguntó que había ocurrido.
El cerdito le dijo que el estado había aprobado la ley para que los animales vivan como las personas. Entonces ahora ellos podían hacer lo que hacían las personas cotidianamente. El muchacho le agradeció por la información y comenzó a caminar pensando en lo que ocurría. Le pareció extraño pero no tardó en aceptar positivamente el cambio.
Se dirigía al supermercado cuando vio a unos gatos riendo y andando en patineta. Uno de los gatos amablemente le dijo que se podía unir al grupo si quería. Álvaro aceptó y patinó un rato con ellos.
Luego de un rato uno de los gatos le dijo que él tenía una patineta de más en su casa y que se la podía regalar, ya que el se había comprado una nueva y la vieja ya no la usaría. El adolescente muy contento le dijo que le encantaría que se la regalara y fueron juntos a la casa del animal.
Cuando entraron, el gato cerró la puerta con llave y le dijo a su nuevo compañero que la cerraba porque tenía miedo a que le robaran. A Álvaro le pareció que estaba bien que lo haga, así que no le pareció extraño que cerrara la puerta.
Luego entraron a la habitación. En ese momento Álvaro se percató que allí habían muchísimos gatos más con cara de malos y se asustó. Uno de ellos lo empujó y este se cayó en la cama. Ahí se dio cuenta que los animales que había visto no tenían las mismas características que antes, si no que tenían nuevas cualidades como la fuerza sobrenatural.
Uno de los felinos le dijo que lo iba a matar ya que querían terminar con la raza humana. Álvaro se asustó muchísimo y pensaba en cómo iban a asesinarlo. En ese momento, uno de los gatos sacó las garras y vio que estas tenían veneno.
Cuando las garras ya estaban muy cerca de su piel, Álvaro abrió los ojos y notó que estaba en su habitación. Todo había sido un horrible sueño. Luego recordó que su madre le había encargado que compre una lista de productos en el supermercado, se levantó, se cambió y se fue a comprar rápidamente.
- Tarea:
Elabora un cuento fantástico a partir de la siguiente nota para Álvaro:
Álvaro: compra yogur, leche, jamón, azúcar, café, salchichas, paté, champú y dentífrico.
- Solución:
Cuando Álvaro se despertó, se levantó de la cama, se cepilló los dientes, se lavó la cara y bajó a la cocina. Tomó una taza y se sirvió leche para desayunar.
Cuando comenzó a tomar la leche y a comer las galletas, vio una nota que decía:
Álvaro: compra yogur, leche, jamón, azúcar, café, salchichas, paté, champú y dentífrico.
En ese momento recordó que ese día su madre no iba a estar en casa ya que tenía que ir a cuidar a su hermana porque estaba enferma. Y por ese motivo le pidió a su hijo que se encargara de la compra diaria.
Pensó por un momento en que no iría a comprar porque no tenía ganas y cuando viniera su mamá le diría que no hizo los mandados ya que le dolía la panza. Pero después razonó y se dijo así mismo que lo iba a hacer ya que no estaba bien mentir y que era bueno ayudar a su madre para aliviarla con las tareas hogareñas.
Así que se bañó rápidamente, tomó el dinero y se dirigió a la puerta.
Cuando abrió la puerta se quedó asombrado: había muchísimos animales caminando por la calle, comprando diversos artículos, manejando vehículos y demás. Álvaro se quedó con la boca abierta por el asombro. No comprendía nada de lo que ocurría y para poder comprender algo le tocó el hombro a un cerdito que pasaba por allá y le preguntó que había ocurrido.
El cerdito le dijo que el estado había aprobado la ley para que los animales vivan como las personas. Entonces ahora ellos podían hacer lo que hacían las personas cotidianamente. El muchacho le agradeció por la información y comenzó a caminar pensando en lo que ocurría. Le pareció extraño pero no tardó en aceptar positivamente el cambio.
Se dirigía al supermercado cuando vio a unos gatos riendo y andando en patineta. Uno de los gatos amablemente le dijo que se podía unir al grupo si quería. Álvaro aceptó y patinó un rato con ellos.
Luego de un rato uno de los gatos le dijo que él tenía una patineta de más en su casa y que se la podía regalar, ya que el se había comprado una nueva y la vieja ya no la usaría. El adolescente muy contento le dijo que le encantaría que se la regalara y fueron juntos a la casa del animal.
Cuando entraron, el gato cerró la puerta con llave y le dijo a su nuevo compañero que la cerraba porque tenía miedo a que le robaran. A Álvaro le pareció que estaba bien que lo haga, así que no le pareció extraño que cerrara la puerta.
Luego entraron a la habitación. En ese momento Álvaro se percató que allí habían muchísimos gatos más con cara de malos y se asustó. Uno de ellos lo empujó y este se cayó en la cama. Ahí se dio cuenta que los animales que había visto no tenían las mismas características que antes, si no que tenían nuevas cualidades como la fuerza sobrenatural.
Uno de los felinos le dijo que lo iba a matar ya que querían terminar con la raza humana. Álvaro se asustó muchísimo y pensaba en cómo iban a asesinarlo. En ese momento, uno de los gatos sacó las garras y vio que estas tenían veneno.
Cuando las garras ya estaban muy cerca de su piel, Álvaro abrió los ojos y notó que estaba en su habitación. Todo había sido un horrible sueño. Luego recordó que su madre le había encargado que compre una lista de productos en el supermercado, se levantó, se cambió y se fue a comprar rápidamente.