Actividad 1. Lee con atención el siguiente texto: En él identifica los diferentes tipos de
oraciones señaladas por párrafos, poniendo en práctica lo aprendido sobre los tipos de
párrafos. Subraya en la lectura las palabras desconocidas y busca en el diccionario su
respectivo significado.
EL VIEJO MOLINERO
Hay lejos, muy lejos, un pueblecito rodeado de verdes colinas. En cada colina se yergue un
molino de viento. Solo se ven aspas girando al viento. Abajo, a lo lejos, borriquillos que van y
vienen cargados de sacos. Los domingos, la gente del villorrio va al molino, el molinero ha de
beber y los jóvenes bailan al son de la flauta. Un día, llegan unos hombres de la ciudad.
Construyeron un molino de vapor, un poco alejado del pueblo, al borde del camino real. Poco
tiempo después este molino acaparará el trabajo de todos los molinos de viento. Los cuales van
cerrando sus puertas uno tras otro. Solo uno de ellos sigue girando erguido y veloz. Este molino
pertenece al molinero más viejo del pueblo. Un buen hombre que ama su oficio, su molino, su
harina.
Después de haber maldecido a todos los molinos de vapor del mundo, se encierra en su
habitación, triste, enfurruñado. No quiere que se le acerque ni siquiera Vivianita, su sobrina
huérfana, quien al fin se ve obligada a pedir trabajo en la factoría. El viejo molinero se ve
acusado de avaricia, y ello disgusta tanto a la gente que todos acaban por alejarse del viejo
molino.
Él va alguna vez a buscar a Vivianita a la factoría donde trabaja, y sus ojos se llenan de lágrimas
mientras la aguarda. Después regresa al solitario molino. Las aspas giran siempre. ¿Con qué
trabaja? El viejo molinero pasa muchas veces con su burro cargado de sacos de harina. No
permite el viejo que nadie entre al molino. Y se empieza a hablar de un secreto, de un saco
misterioso, lleno de monedas de oro. Vivianita no cree en las murmuraciones. Ella sufre por el
abuelo. Un día se resuelve a entrar en el molino. El abuelo no está; pero Vivianita entra por la
ventana.
Dios mío, ¡qué tristeza, qué soledad, qué abandono! Ni un solo grano, ni una brizna de harina.
Solamente telarañas cuelgan de las paredes. Olor de moho flota en el aire. En el almacén
algunos sacos llenos de escombros, precisamente los que el viejo lleva sobre el asno para hacer
creer que están llenos de harina.
Vivianita corre al pueblo y reúne a los amigos del molinero. Les cuenta lo que ha visto y todos se
sienten conmovidos, llenos de piedad. Se apresuran a reunir su trigo y se encaminan al último
molino de viento.
El viejo molinero, sentado a la puerta sobre un saco lleno de escombros, llora; llora por su pobre
molino como por un amigo infeliz. Mira hacia el camino y ve aproximarse a toda aquella gente
con sus asnos cargados de grano. El pobre hombre se sorprende tanto que no puede hablar.
Cuando llegan, rompe a reír, a palmotear, y grita acariciando el trigo: - ¡Es grano, Dios mío!
¡Grano verdadero! Sabía que había de volver. ¡Ya lo sabía! ¡Pronto, pronto! Ya es hora de dar de
comer a mi pobre molino. Pensad el hambre que tendrá después de tanto ayuno.
Desde aquel día, el viejo molinero no deja de trabajar. Solo cuando él muere quedan quietas – en
lo alto de la negra colina- las aspas del último molino de viento.
Actividad 1. Basado en la actividad anterior, realiza un escrito de mínimo 10 líneas y en él
ubica al menos 4 tipos de oraciones según la intención del hablante, establece diferencias
entre cada una de ellas, compártelo con tus compañeros y tu docente sustentándolo en
clase.
oraciones señaladas por párrafos, poniendo en práctica lo aprendido sobre los tipos de
párrafos. Subraya en la lectura las palabras desconocidas y busca en el diccionario su
respectivo significado.
EL VIEJO MOLINERO
Hay lejos, muy lejos, un pueblecito rodeado de verdes colinas. En cada colina se yergue un
molino de viento. Solo se ven aspas girando al viento. Abajo, a lo lejos, borriquillos que van y
vienen cargados de sacos. Los domingos, la gente del villorrio va al molino, el molinero ha de
beber y los jóvenes bailan al son de la flauta. Un día, llegan unos hombres de la ciudad.
Construyeron un molino de vapor, un poco alejado del pueblo, al borde del camino real. Poco
tiempo después este molino acaparará el trabajo de todos los molinos de viento. Los cuales van
cerrando sus puertas uno tras otro. Solo uno de ellos sigue girando erguido y veloz. Este molino
pertenece al molinero más viejo del pueblo. Un buen hombre que ama su oficio, su molino, su
harina.
Después de haber maldecido a todos los molinos de vapor del mundo, se encierra en su
habitación, triste, enfurruñado. No quiere que se le acerque ni siquiera Vivianita, su sobrina
huérfana, quien al fin se ve obligada a pedir trabajo en la factoría. El viejo molinero se ve
acusado de avaricia, y ello disgusta tanto a la gente que todos acaban por alejarse del viejo
molino.
Él va alguna vez a buscar a Vivianita a la factoría donde trabaja, y sus ojos se llenan de lágrimas
mientras la aguarda. Después regresa al solitario molino. Las aspas giran siempre. ¿Con qué
trabaja? El viejo molinero pasa muchas veces con su burro cargado de sacos de harina. No
permite el viejo que nadie entre al molino. Y se empieza a hablar de un secreto, de un saco
misterioso, lleno de monedas de oro. Vivianita no cree en las murmuraciones. Ella sufre por el
abuelo. Un día se resuelve a entrar en el molino. El abuelo no está; pero Vivianita entra por la
ventana.
Dios mío, ¡qué tristeza, qué soledad, qué abandono! Ni un solo grano, ni una brizna de harina.
Solamente telarañas cuelgan de las paredes. Olor de moho flota en el aire. En el almacén
algunos sacos llenos de escombros, precisamente los que el viejo lleva sobre el asno para hacer
creer que están llenos de harina.
Vivianita corre al pueblo y reúne a los amigos del molinero. Les cuenta lo que ha visto y todos se
sienten conmovidos, llenos de piedad. Se apresuran a reunir su trigo y se encaminan al último
molino de viento.
El viejo molinero, sentado a la puerta sobre un saco lleno de escombros, llora; llora por su pobre
molino como por un amigo infeliz. Mira hacia el camino y ve aproximarse a toda aquella gente
con sus asnos cargados de grano. El pobre hombre se sorprende tanto que no puede hablar.
Cuando llegan, rompe a reír, a palmotear, y grita acariciando el trigo: - ¡Es grano, Dios mío!
¡Grano verdadero! Sabía que había de volver. ¡Ya lo sabía! ¡Pronto, pronto! Ya es hora de dar de
comer a mi pobre molino. Pensad el hambre que tendrá después de tanto ayuno.
Desde aquel día, el viejo molinero no deja de trabajar. Solo cuando él muere quedan quietas – en
lo alto de la negra colina- las aspas del último molino de viento.
Actividad 1. Basado en la actividad anterior, realiza un escrito de mínimo 10 líneas y en él
ubica al menos 4 tipos de oraciones según la intención del hablante, establece diferencias
entre cada una de ellas, compártelo con tus compañeros y tu docente sustentándolo en
clase.
Respuesta:
yergue
borriquillos
villorrio
erguido
busque palabras raras en el párrafo que usted no sepa y los busca por Google
Explicación: