La espiritualidad, hoy más que nunca, tiene la obligación de propiciarle al ser humano los elementos necesarios para la resignificación de la vida, de la historia, del presente, y desde ahí la consolidación del proyecto de Dios en la vida; un proyecto que se renueva y se amplía desde las dimensiones del espíritu.
Respuesta:
La espiritualidad, hoy más que nunca, tiene la obligación de propiciarle al ser humano los elementos necesarios para la resignificación de la vida, de la historia, del presente, y desde ahí la consolidación del proyecto de Dios en la vida; un proyecto que se renueva y se amplía desde las dimensiones del espíritu.