Respuesta:
Cuando estaba a punto de morir, el ciervo exclamó para sí mismo: - ¡Necio de mí! No me gustaban mis patas, que pudieron salvarme, y estaba orgulloso de mis cuernos, que son los que me pierden. Moraleja: A veces despreciamos lo que más nos ayuda.
" Life is not a problem to be solved but a reality to be experienced! "
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Cuando estaba a punto de morir, el ciervo exclamó para sí mismo: - ¡Necio de mí! No me gustaban mis patas, que pudieron salvarme, y estaba orgulloso de mis cuernos, que son los que me pierden. Moraleja: A veces despreciamos lo que más nos ayuda.