Respuesta: Durante el periodo decimonónico los teóricos de la guerra intentaron amoldar sus criterios tácticos y estratégicos a las campañas militares del pasado. Lógicamente, al aplicar a la Edad Media una interpretación de los enfrentamientos basada en criterios operativos propios del periodo napoleónico, la impresión que se tuvo es que no había ningún principio táctico que valiese la pena aprender. Para estos analistas, la caída del Imperio Romano y la llegada del feudalismo supuso un grave retroceso en el arte de la guerra. En palabras de Oman, la organización feudal de la sociedad hizo de cada noble un guerrero, pero no puede decirse que lo convirtiera en un soldado. El coraje llegó a tener tanto valor como la disciplina, de ahí que los principios tácticos y estratégicos sufrieran un fuerte retroceso. Para este autor, una combinación de arrogancia y estupidez caracterizaron la forma de proceder de un ejército feudal. Pero en contra de esta opinión, como señalan autores de la talla de Philippe Contamine, un estudio crítico de las fuentes que narraron estos enfrentamientos nos permite vislumbrar la existencia de un conjunto de normas operacionales que evidencian, precisamente, que los ejércitos de la Edad Media se rigieron por toda una serie de principios tácticos.2
ESPERO QUE TE SIRVA
En la Alta Edad Media, las batallas consistían en desordenadas luchas entre bandas armadas y desordenadas; más adelante estos enfrentamientos evolucionaron hacia batallas mucho más complejas. Esta evolución se debió en parte al desarrollo de diferentes clases de armas y de tropas y al perfeccionamiento en su uso. Los ejércitos de la Alta Edad Media consistían en grupos de infantería, pues salvo los sarracenos y los visigodos, así como los nómadas de la Europa del Este, ningún pueblo había desarrollado ese tipo de soldados. Al desarrollarse la caballería pesada, los mejores ejércitos fueron las hordas de caballeros. La tropa de infantería quedó relegada a arrasar tierras de labranza y a realizar el trabajo pesado en los asedios. No obstante, en el campo de batalla este tipo de soldados corrían riesgos respecto a ambos bandos, al buscar los caballeros el enfrentamiento con sus rivales en combates individuales. Esto era así solamente al principio del periodo, tiempo en el que la infantería se formaba con siervos y campesinos sin ninguna preparación. Los arqueros fueron también de gran utilidad en los asedios, pero eran aún más vulnerables ante la caballería en el campo de batalla, pues corrían el riesgo de ser arrollados.
Ya para la Baja Edad Media se asistirá a un periodo de gran originalidad táctica, en el que se entremezclará el uso de la tradicional caballería con un creciente auge de las tropas de infantería, más la irrupción de las armas de fuego.3
En los últimos años del siglo XV, los comandantes habían logrado estabalecer una disciplina entre sus caballeros y habían conseguido que sus tropas se cohesionasen. En el ejército inglés, los caballeros acabaron mostrando a regañadientes su respeto a los arqueros después de que estos demostraran su gran valor en los campos de batalla de la Guerra de los Cien Años. La disciplina de la tropa mejoró al haber más hombres que luchaban por dinero y menos que lo hicieran por el honor y la gloria. En Italia, los soldados mercenarios adquirieron mucha fama por largas campañas en las que apenas se derramó sangre. Para esa época, los soldados de todos los rangos eran activos de valor que no convenía desaprovechar a la ligera. Los ejércitos feudales que buscaban la gloria eran ahora ejércitos profesionales con mucho más interés por vivir para disfrutar de la paga.
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Respuesta: Durante el periodo decimonónico los teóricos de la guerra intentaron amoldar sus criterios tácticos y estratégicos a las campañas militares del pasado. Lógicamente, al aplicar a la Edad Media una interpretación de los enfrentamientos basada en criterios operativos propios del periodo napoleónico, la impresión que se tuvo es que no había ningún principio táctico que valiese la pena aprender. Para estos analistas, la caída del Imperio Romano y la llegada del feudalismo supuso un grave retroceso en el arte de la guerra. En palabras de Oman, la organización feudal de la sociedad hizo de cada noble un guerrero, pero no puede decirse que lo convirtiera en un soldado. El coraje llegó a tener tanto valor como la disciplina, de ahí que los principios tácticos y estratégicos sufrieran un fuerte retroceso. Para este autor, una combinación de arrogancia y estupidez caracterizaron la forma de proceder de un ejército feudal. Pero en contra de esta opinión, como señalan autores de la talla de Philippe Contamine, un estudio crítico de las fuentes que narraron estos enfrentamientos nos permite vislumbrar la existencia de un conjunto de normas operacionales que evidencian, precisamente, que los ejércitos de la Edad Media se rigieron por toda una serie de principios tácticos.2
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En la Alta Edad Media, las batallas consistían en desordenadas luchas entre bandas armadas y desordenadas; más adelante estos enfrentamientos evolucionaron hacia batallas mucho más complejas. Esta evolución se debió en parte al desarrollo de diferentes clases de armas y de tropas y al perfeccionamiento en su uso. Los ejércitos de la Alta Edad Media consistían en grupos de infantería, pues salvo los sarracenos y los visigodos, así como los nómadas de la Europa del Este, ningún pueblo había desarrollado ese tipo de soldados. Al desarrollarse la caballería pesada, los mejores ejércitos fueron las hordas de caballeros. La tropa de infantería quedó relegada a arrasar tierras de labranza y a realizar el trabajo pesado en los asedios. No obstante, en el campo de batalla este tipo de soldados corrían riesgos respecto a ambos bandos, al buscar los caballeros el enfrentamiento con sus rivales en combates individuales. Esto era así solamente al principio del periodo, tiempo en el que la infantería se formaba con siervos y campesinos sin ninguna preparación. Los arqueros fueron también de gran utilidad en los asedios, pero eran aún más vulnerables ante la caballería en el campo de batalla, pues corrían el riesgo de ser arrollados.
Ya para la Baja Edad Media se asistirá a un periodo de gran originalidad táctica, en el que se entremezclará el uso de la tradicional caballería con un creciente auge de las tropas de infantería, más la irrupción de las armas de fuego.3
En los últimos años del siglo XV, los comandantes habían logrado estabalecer una disciplina entre sus caballeros y habían conseguido que sus tropas se cohesionasen. En el ejército inglés, los caballeros acabaron mostrando a regañadientes su respeto a los arqueros después de que estos demostraran su gran valor en los campos de batalla de la Guerra de los Cien Años. La disciplina de la tropa mejoró al haber más hombres que luchaban por dinero y menos que lo hicieran por el honor y la gloria. En Italia, los soldados mercenarios adquirieron mucha fama por largas campañas en las que apenas se derramó sangre. Para esa época, los soldados de todos los rangos eran activos de valor que no convenía desaprovechar a la ligera. Los ejércitos feudales que buscaban la gloria eran ahora ejércitos profesionales con mucho más interés por vivir para disfrutar de la paga.