una de las ciudades más ricas debido a su control del mar Mediterráneo, también se convirtió en un centro de la cultura del renacimiento, especialmente en el campo de la arquitectura. Las ciudades más pequeñas copiaron el modelo de mecenazgo, desarrollando sus artes características: Ferrara, Mantua bajo los Gonzaga, Urbino bajo Federico da
A mediados del siglo XV Venecia había alcanzado su apogeo. Además de su supremacía marítima, las campañas de expansión territorial en tierra firme le habían proporcionado el tributo de ricas ciudades, tales como Padua, Verona, Brescia, Bérgamo y Cremona, aunque también le significó enormes gastos en guerras que con el tiempo la debilitarían seriamente.
En la época Venecia contaba con 150 mil habitantes y era reputada por sus artesanos y artistas, que dieron origen a la llamada escuela veneciana, cuyas influencias se extenderían por toda Europa. La tintura, los trabajos en lana, seda y encajes, la orfebrería y la cristalería se desarrollaban rápidamente. Decenas de comunidades diferentes (armenios, turcos, árabes, alemanes, judíos...) animaban los canales con sus idiomas y vestimentas. Los reyes y príncipes extranjeros eran recibidos con un esplendor nunca visto en otra parte, que incluía fuegos artificiales, bailes y regatas en el Gran Canal. Los nobles organizaban a menudo todo tipo de distracciones; desde bodas suntuosas con impresionantes cortejos a serenatas nocturnas con góndolas iluminadas...
Entregada a la magnificencia, Venecia subvencionaba a los mejores artistas para embellecerse: Tintoretto, Tiziano, Veronese, Bellini, Negretti, son sólo algunos de los nombres que firman las más importantes creaciones artísticas de la ciudad, en la cual también trabajaron los mejores arquitectos italianos. Fue en Venecia donde se creó la primera biblioteca pública de Europa, la Biblioteca Marciana y donde se alentó el desarrollo de la imprenta, aún de libros prohibidos en otros lugares.
una de las ciudades más ricas debido a su control del mar Mediterráneo, también se convirtió en un centro de la cultura del renacimiento, especialmente en el campo de la arquitectura. Las ciudades más pequeñas copiaron el modelo de mecenazgo, desarrollando sus artes características: Ferrara, Mantua bajo los Gonzaga, Urbino bajo Federico da
A mediados del siglo XV Venecia había alcanzado su apogeo. Además de su supremacía marítima, las campañas de expansión territorial en tierra firme le habían proporcionado el tributo de ricas ciudades, tales como Padua, Verona, Brescia, Bérgamo y Cremona, aunque también le significó enormes gastos en guerras que con el tiempo la debilitarían seriamente.
En la época Venecia contaba con 150 mil habitantes y era reputada por sus artesanos y artistas, que dieron origen a la llamada escuela veneciana, cuyas influencias se extenderían por toda Europa. La tintura, los trabajos en lana, seda y encajes, la orfebrería y la cristalería se desarrollaban rápidamente. Decenas de comunidades diferentes (armenios, turcos, árabes, alemanes, judíos...) animaban los canales con sus idiomas y vestimentas. Los reyes y príncipes extranjeros eran recibidos con un esplendor nunca visto en otra parte, que incluía fuegos artificiales, bailes y regatas en el Gran Canal. Los nobles organizaban a menudo todo tipo de distracciones; desde bodas suntuosas con impresionantes cortejos a serenatas nocturnas con góndolas iluminadas...
Entregada a la magnificencia, Venecia subvencionaba a los mejores artistas para embellecerse: Tintoretto, Tiziano, Veronese, Bellini, Negretti, son sólo algunos de los nombres que firman las más importantes creaciones artísticas de la ciudad, en la cual también trabajaron los mejores arquitectos italianos. Fue en Venecia donde se creó la primera biblioteca pública de Europa, la Biblioteca Marciana y donde se alentó el desarrollo de la imprenta, aún de libros prohibidos en otros lugares.