Hoy, por la tarde, acompañé a mi abuelito a una clínica, donde recibió fisioterapia por los intensos dolores que sufria en las piernas. Después de su sesión, el fisioterapeuta le recomendó algunos medicamentos para que aliviase sus dolores. La clínica es antigua y no tiene servicio de farmacia como otras
Camino a casa nos encontramos con Andrés, el amigo de mi abuelito, quien trabaja en el quirófano que está frente a la clínica. Llavaba mucha prisa, así que no hubo tiempo más que para un saludo.
-Abuelito, ¿quién era ese hombre?
-Pensé que lo conocías. Es un médico de renombre en nuestro país. También es gastrónomo y publica artículos sobre alimentación y gastronomía de vez en cuando.
-¿Recuerdas a María?
-Sí
-¿Por qué los médicos no la ayudaron con su enfermedad?
-No hallaron un antídoto para ella
-Poco recuerdo las tardes que jugabamos en el patio. Si la tuviesemos ahora nos contaría acerca de sus planes y lo que haría más tarde, como siempre lo hacía.
-En ese tiempo nunca nos dejaba tranquilos, ¿lo recuerdas? Nosotros eramos como un diario para ella: siempre manteniendonos al tanto de sus acciones cuando podía.
-¿Podemos visitar algún día a su familia?
-Ellos ya son ancianos, Luis, les gusta estar más sólos y juntos
Hoy, por la tarde, acompañé a mi abuelito a una clínica, donde recibió fisioterapia por los intensos dolores que sufria en las piernas. Después de su sesión, el fisioterapeuta le recomendó algunos medicamentos para que aliviase sus dolores. La clínica es antigua y no tiene servicio de farmacia como otras
Camino a casa nos encontramos con Andrés, el amigo de mi abuelito, quien trabaja en el quirófano que está frente a la clínica. Llavaba mucha prisa, así que no hubo tiempo más que para un saludo.
-Abuelito, ¿quién era ese hombre?
-Pensé que lo conocías. Es un médico de renombre en nuestro país. También es gastrónomo y publica artículos sobre alimentación y gastronomía de vez en cuando.
-¿Recuerdas a María?
-Sí
-¿Por qué los médicos no la ayudaron con su enfermedad?
-No hallaron un antídoto para ella
-Poco recuerdo las tardes que jugabamos en el patio. Si la tuviesemos ahora nos contaría acerca de sus planes y lo que haría más tarde, como siempre lo hacía.
-En ese tiempo nunca nos dejaba tranquilos, ¿lo recuerdas? Nosotros eramos como un diario para ella: siempre manteniendonos al tanto de sus acciones cuando podía.
-¿Podemos visitar algún día a su familia?
-Ellos ya son ancianos, Luis, les gusta estar más sólos y juntos