– ¡Vamos!, ¡todos preparados! – se dirige a su ejército de plástico – Hemos esperado mucho este momento y ha llegado por fin. Kobey, – se dirige a su juguete favorito, un perro humanoide con armadura y gallarda postura. – confío en ti. Sé que nos llevarás a la victoria.
Narrador:
Juanito se sobresalta al creer ver como Kobey realiza una sutil reverencia, dando a entender que se hace cargo y que luchará hasta el final.
Juanito:
– ¿Será posible?. Kobey, ¿tú me has saludado?. – pero no obtiene respuesta alguna.
Narrador:
Mientras se desarrolla el juego y la batalla con los juguetes, Kobey se da un golpe contra el suelo y se le rompe la mano de la espada. Juanito lo recoge en seguida y, sin poder contenerse, empieza a llorar por su juguete roto.
Juanito:
– Kobey, ¡no!, ¡no!, no… snif – solloza mientras intenta recomponer el desastre.
Kobey:
– No es nada, Juanito, ya verás como con un poco de pegamento se me pasa en seguida – le dice de repente el juguete, mientras guiña un ojo al joven.
Juanito:
– Pero… ¿de verdad me estas hablando? – el niño está estupefacto, pestañea y se señala a si mismo con el dedo.
Kobey:
– Sí, solo quiero que estés tranquilo. Al fin y al cabo soy un juguete y me pueden arreglar en seguida.
Juanito:
– ¡Vamos!, ¡todos preparados! – se dirige a su ejército de plástico – Hemos esperado mucho este momento y ha llegado por fin. Kobey, – se dirige a su juguete favorito, un perro humanoide con armadura y gallarda postura. – confío en ti. Sé que nos llevarás a la victoria.
Narrador:
Juanito se sobresalta al creer ver como Kobey realiza una sutil reverencia, dando a entender que se hace cargo y que luchará hasta el final.
Juanito:
– ¿Será posible?. Kobey, ¿tú me has saludado?. – pero no obtiene respuesta alguna.
Narrador:
Mientras se desarrolla el juego y la batalla con los juguetes, Kobey se da un golpe contra el suelo y se le rompe la mano de la espada. Juanito lo recoge en seguida y, sin poder contenerse, empieza a llorar por su juguete roto.
Juanito:
– Kobey, ¡no!, ¡no!, no… snif – solloza mientras intenta recomponer el desastre.
Kobey:
– No es nada, Juanito, ya verás como con un poco de pegamento se me pasa en seguida – le dice de repente el juguete, mientras guiña un ojo al joven.
Juanito:
– Pero… ¿de verdad me estas hablando? – el niño está estupefacto, pestañea y se señala a si mismo con el dedo.
Kobey:
– Sí, solo quiero que estés tranquilo. Al fin y al cabo soy un juguete y me pueden arreglar en seguida.