yuliana0331
—¡Bravo!, ¡bravo! —exclamaron los oficiales a una voz, prorrumpiendo en alegres exclamaciones.Matilda de pronto rompió a aplaudir secundada por Fernandito, que exclamó ¡bravo! un par de veces.¡Bravo por la señora Maigret! ¿Acaso adivinó lo que iba a pasar? Lo cierto es que hizo un movimiento rápido hacia la puerta.¡Bravo, midigno matador, bravo! recoge la flor de almendro que tu amada te haechado mientras juntaba las manos para aplaudirte.—¡Prive al hombre de su independencia y le quitará la libertad! ¡Bravo señor Poncin! De todos modos la intención era buena.—¡Muy bien dicho! ¡Bravo! ¡Hurra! —exclamó unánimemente la asamblea, electrizada por el gesto y el acento del orador y por el atrevimiento de sus concepciones