Solo te voy a dar un resumen: La Caja Ronca, es una leyenda de la ciudad de Ibarra. En San Juan Calle, donde actualmente se ubica el barrio El Carmen, cierto muchacho curioso, se empeñó por conocer en qué sueñan los fantasmas. Era conocido, que los aparecidos rondaban por la noche las calles de Ibarra, nadie sabía quienes eran, pero todos aseguraban que pertenecían al mundo de los muertos.
Con sus 11 años, este chiquillo, consiguió descubrir, que las almas en pena paseaban a la medianoche asustando a todo aquel que salía a la calle. Estas almas, según le contaron, no podrían ir al cielo, hasta que alguien encontrara los maravillosos tesoros que habían dejado enterrados, dentro de baúles hechos de fuertes madera que resistían la humedad de las paredes.
Carlos, buscaba una oportunidad para conocer a esos espíritus, que tanto miedo causaban a todos. Sentía muchas ganas de verlos, aunque sea desde la distancia. Con estas intenciones, se dirigió a la casa de Juan José, un amigo suyo y le pidió que le acompañara a regar la chacra.
Juan José, quedó sorprendido ante semejante petición y dijo -¡Qué estás loco! Yo estaba oyendo, cuando los del barrio hablaban de una procesión fantasmal que va por las calles, le dicen la Caja Ronca. Le dicen así, porque las almas van cargando un baúl lleno de plata. Cómo nadie ha encontrado el tesoro, las almas van buscando unas manos que lo liberen de su antiguo dueño.
-Oye Juan José no seas malito, acompáñame. Insistía Carlos.
Solo te voy a dar un resumen: La Caja Ronca, es una leyenda de la ciudad de Ibarra. En San Juan Calle, donde actualmente se ubica el barrio El Carmen, cierto muchacho curioso, se empeñó por conocer en qué sueñan los fantasmas. Era conocido, que los aparecidos rondaban por la noche las calles de Ibarra, nadie sabía quienes eran, pero todos aseguraban que pertenecían al mundo de los muertos.
Con sus 11 años, este chiquillo, consiguió descubrir, que las almas en pena paseaban a la medianoche asustando a todo aquel que salía a la calle. Estas almas, según le contaron, no podrían ir al cielo, hasta que alguien encontrara los maravillosos tesoros que habían dejado enterrados, dentro de baúles hechos de fuertes madera que resistían la humedad de las paredes.
Carlos, buscaba una oportunidad para conocer a esos espíritus, que tanto miedo causaban a todos. Sentía muchas ganas de verlos, aunque sea desde la distancia. Con estas intenciones, se dirigió a la casa de Juan José, un amigo suyo y le pidió que le acompañara a regar la chacra.
Juan José, quedó sorprendido ante semejante petición y dijo -¡Qué estás loco! Yo estaba oyendo, cuando los del barrio hablaban de una procesión fantasmal que va por las calles, le dicen la Caja Ronca. Le dicen así, porque las almas van cargando un baúl lleno de plata. Cómo nadie ha encontrado el tesoro, las almas van buscando unas manos que lo liberen de su antiguo dueño.
-Oye Juan José no seas malito, acompáñame. Insistía Carlos.
Dicen los ciudadanos de Ibarra que hace
muchos años existían unos seres
voladores , con forma de mujer .
Sus vestiduras eran larga de
color negro, acechaban en la noche y
a la madrugada . Les encantaba asustar
a los pobladores con solo ellas gritar,reír
hacían dar escalofríos.Algunos incrédulos
se burlaban de estas brujas y terminaban
convertidos en mulas o gallos.
Al parecer esto le sucedió a el Doctor Rafael
Miranda en el siglo 20.Cuentan los pobladores
que el Doctor desapareció un día sin dejar rastro.
Sus amigos lo buscaron por todos lados. Encontraron
a un hombre desorientado después se dieron cuenta
que era el doctor después de tantas curaciones volvió
a su estado normal.Hacia muchas mas personas acababan
inconscientes por las brujas. La gente señalaba escuchar
esta frase:
“De villa en villa y de viga en viga,sin Dios ni Santa Maria”
Cuando ellas se Aparecían.