Un grupo de profesores del Colegio Santa María nos sumamos a la iniciativa de los Jesuitas de Granada del “Taller de iniciación a la experiencia de Dios”. Consiste en una reunión semanal en grupo, donde se comparte experiencias a partir de la oración personal que se ha realizado durante la semana.
Nos hemos acercado a las palabras que Jesús tiene para cada uno; a sus gestos, a su forma de mirar, de sentir compasión… Descubrimos que la tentación y el pecado existen, aunque en la sociedad no se quieran nombrar, y que Dios, desde y con nuestras limitaciones, nos quiere y nos perdona. Sentimos que Dios nos llama, desde la libertad, en este momento de la vida. Nos ayudaba ver, que ser cristiano no es algo entre Dios y yo, sino aprender, compartir y celebrar con otros nuestra vida. Maria nos iba acompañando en el camino como modelo de creyente y como madre acercándonos a su hijo.
En este camino hemos compartido los sentimientos, las dudas, las luces,… que teníamos en la oración. Al terminar cada reunión agradecíamos el poso que Dios nos iba dejando en nuestras vidas. Dios nos invito a este encuentro con Él “Abre la puerta que estoy llamando” y nos ha dado su gracia: ir encontrándonos con Él. Nos ayudaba a descubrir su presencia en distintos acontecimientos que nos sucedían. Hoy agradezco al Señor la oportunidad que he tenido de acompañar la experiencia, siendo testigo de lo que el Espíritu hace en nosotros, cuando estamos abiertos a Él.
Respuesta:
Un grupo de profesores del Colegio Santa María nos sumamos a la iniciativa de los Jesuitas de Granada del “Taller de iniciación a la experiencia de Dios”. Consiste en una reunión semanal en grupo, donde se comparte experiencias a partir de la oración personal que se ha realizado durante la semana.
Nos hemos acercado a las palabras que Jesús tiene para cada uno; a sus gestos, a su forma de mirar, de sentir compasión… Descubrimos que la tentación y el pecado existen, aunque en la sociedad no se quieran nombrar, y que Dios, desde y con nuestras limitaciones, nos quiere y nos perdona. Sentimos que Dios nos llama, desde la libertad, en este momento de la vida. Nos ayudaba ver, que ser cristiano no es algo entre Dios y yo, sino aprender, compartir y celebrar con otros nuestra vida. Maria nos iba acompañando en el camino como modelo de creyente y como madre acercándonos a su hijo.
En este camino hemos compartido los sentimientos, las dudas, las luces,… que teníamos en la oración. Al terminar cada reunión agradecíamos el poso que Dios nos iba dejando en nuestras vidas. Dios nos invito a este encuentro con Él “Abre la puerta que estoy llamando” y nos ha dado su gracia: ir encontrándonos con Él. Nos ayudaba a descubrir su presencia en distintos acontecimientos que nos sucedían. Hoy agradezco al Señor la oportunidad que he tenido de acompañar la experiencia, siendo testigo de lo que el Espíritu hace en nosotros, cuando estamos abiertos a Él.
espero haberte ayudado :3