La fibra ayuda a dar consistencia a las heces y así favorece el tránsito intestinal. Además, reduce la absorción de colesterol, glucosa y ácidos biliares.
La fibra es un alimento que se encuentra en diferentes vegetales y cereales integrales. No aporta gran cantidad de calorías y tampoco es digerida por el organismo, por lo que pasa de forma rápida por los intestinos.
Jessica Liberona, nutricionista e integrante del programa de Obesidad y Diabetes de Clínica Universidad de los Andes, explica que “existen dos tipos de fibras: solubles e insolubles. La primera atrae el agua que contienen los alimentos y los jugos digestivos, dando como resultado una especie de gel o jalea durante la digestión. Dentro de sus beneficios destacan la reducción del colesterol en la sangre y de la glucosa”.
Sus ventajas hacen que sean muy positivas para personas que padecen diabetes y para prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que disminuyen los niveles de colesterol en la sangre. Están presentes en las legumbres, la avena, cebada, semillas de chía, y en algunas frutas.
“Por otro lado, la fibra insoluble retiene poca agua y es ideal para personas con estreñimiento, porque ayuda a dar mayor volumen a las heces, y además contribuye a que los alimentos pasen más rápido a través del estómago y de los intestinos. La podemos encontrar en los granos enteros, lo vegetales de hojas verdes y el cereal integral”, sostiene la especialista.
Es recomendable consumir diariamente una porción de los dos tipos de fibras. Eso quiere decir: dos a tres porciones de verduras al día, una porción de frutos secos (30 gramos aproximadamente), dos a tres frutas al día, cereales integrales y productos con harina integral. También, se debe considerar en el plan de alimentación la ingesta de legumbres al menos una vez a la semana.
Algunas propiedades de la fibra son:
1. Previene y alivia el estreñimiento: los alimentos con este componente favorecen el buen tránsito intestinal.
2. Controla la obesidad: el consumo de fibras, especialmente las solubles, aumentan la sensación de saciedad, por su capacidad de retener agua.
3. Previene enfermedades cardiovasculares: la fibra arrastra el colesterol al intestino y lo elimina a través de las heces, previniendo que sea absorbido para llegar al hígado y la sangre.
4. Controla los niveles de glucosa en la sangre: al aumentar la viscosidad intestinal, actúa como barrera para la absorción de glucosa en la sangre. Así, los niveles de glucosa no aumentan bruscamente después de las comidas.
5. Otras enfermedades: ayuda al tratamiento de la diverticulosis, previene cáncer de colon.
Alimentos en los que se encuentra:
Frutos secos: nueces, semillas de maravillas, almendras, pistachos.
Legumbres: porotos, lentejas, arvejas, habas.
Verduras: zanahoria cruda, lechuga, acelgas, espinacas, alcachofa, entre otras.
Cereales: avena, arroz, trigo integral como pan integral, arroz integral, cereales ricos en fibra, etc.
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Respuesta:
La fibra ayuda a dar consistencia a las heces y así favorece el tránsito intestinal. Además, reduce la absorción de colesterol, glucosa y ácidos biliares.
Explicación:
Repuesta.
La fibra es un alimento que se encuentra en diferentes vegetales y cereales integrales. No aporta gran cantidad de calorías y tampoco es digerida por el organismo, por lo que pasa de forma rápida por los intestinos.
Jessica Liberona, nutricionista e integrante del programa de Obesidad y Diabetes de Clínica Universidad de los Andes, explica que “existen dos tipos de fibras: solubles e insolubles. La primera atrae el agua que contienen los alimentos y los jugos digestivos, dando como resultado una especie de gel o jalea durante la digestión. Dentro de sus beneficios destacan la reducción del colesterol en la sangre y de la glucosa”.
Sus ventajas hacen que sean muy positivas para personas que padecen diabetes y para prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que disminuyen los niveles de colesterol en la sangre. Están presentes en las legumbres, la avena, cebada, semillas de chía, y en algunas frutas.
“Por otro lado, la fibra insoluble retiene poca agua y es ideal para personas con estreñimiento, porque ayuda a dar mayor volumen a las heces, y además contribuye a que los alimentos pasen más rápido a través del estómago y de los intestinos. La podemos encontrar en los granos enteros, lo vegetales de hojas verdes y el cereal integral”, sostiene la especialista.
Es recomendable consumir diariamente una porción de los dos tipos de fibras. Eso quiere decir: dos a tres porciones de verduras al día, una porción de frutos secos (30 gramos aproximadamente), dos a tres frutas al día, cereales integrales y productos con harina integral. También, se debe considerar en el plan de alimentación la ingesta de legumbres al menos una vez a la semana.
Algunas propiedades de la fibra son:
1. Previene y alivia el estreñimiento: los alimentos con este componente favorecen el buen tránsito intestinal.
2. Controla la obesidad: el consumo de fibras, especialmente las solubles, aumentan la sensación de saciedad, por su capacidad de retener agua.
3. Previene enfermedades cardiovasculares: la fibra arrastra el colesterol al intestino y lo elimina a través de las heces, previniendo que sea absorbido para llegar al hígado y la sangre.
4. Controla los niveles de glucosa en la sangre: al aumentar la viscosidad intestinal, actúa como barrera para la absorción de glucosa en la sangre. Así, los niveles de glucosa no aumentan bruscamente después de las comidas.
5. Otras enfermedades: ayuda al tratamiento de la diverticulosis, previene cáncer de colon.
Alimentos en los que se encuentra:
Frutos secos: nueces, semillas de maravillas, almendras, pistachos.
Legumbres: porotos, lentejas, arvejas, habas.
Verduras: zanahoria cruda, lechuga, acelgas, espinacas, alcachofa, entre otras.
Cereales: avena, arroz, trigo integral como pan integral, arroz integral, cereales ricos en fibra, etc.
Frutas: ciruelas, manzanas, plátanos, duraznos, mandarinas, peras, higos.