catalina180605
El concepto teológico, filosófico y antropológico de Dios[nota 1] (del latín: Deus,que a su vez proviene de la raíz protoindoeuropea *deiwos~diewos, ‘brillo’, ‘resplandor’,[2] al igual que el sánscrito deva, ‘ser celestial’, ‘dios’.), hace referencia a una deidad suprema. La vigesimotercera edición del Diccionario de la Real Academia Española lo define como el «ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo».[1]
Dios es el nombre que se le da en español a un ser supremo omnipotente, omnipresente, omnisciente y personal en religiones teístas y deístas (y otros sistemas de creencias) quien es: o bien la única deidad, en el monoteísmo, o la deidad principal, en algunas formas de politeísmo, como en el henoteísmo.[3]
Dios también puede significar un ser supremo no personal como en el panteísmo, y en algunas concepciones es una mera idea o razonamiento sin ninguna realidad subsistente fuera de la mente, como en los sistemas materialistas.
A menudo Dios es concebido como el creador sobrenatural y supervisor del universo. Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios. Entre estos, los más comunes son omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, omnibenevolencia (perfecta bondad), simplicidad divina, y existencia eterna. Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el «mayor ser concebible con existencia».[3] Estos atributos fueron descritos en diferentes grados por los primeros filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides,[4] san Agustín,[4] y Al-Ghazali,[5] respectivamente. Muchos destacados filósofos medievales y filósofos modernos desarrollaron argumentos a favor de la existencia de Dios.[5]
En forma análoga, numerosos filósofos e intelectuales de renombre han desarrollado argumentos en contra de la existencia de Dios.

En la mitología griega el Dios Zeus, es el Padre de los dioses (theos) que supervisa la Tierra, además es el dios del cielo y el trueno. Busto de Zeus en Otricoli (Sala Rotonda, Museo Pío-Clementino, Vaticano).
Su conceptualización ha sido tema de debate en diversas civilizaciones.[cita requerida]
Concepciones del ser supremoEditar

A menudo Dios es imaginado como una fuerza de la naturaleza o como un ente consciente que se puede manifestar en un aspecto natural. Tanto la luz como la penumbra son símbolos recurrentes para representar a Dios.
La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente;[4] creador, juez, protector y, en algunas religiones, salvador del universo y la humanidad.
Sobre esta definición existen variaciones.[3]
Dios definido como un ser supremo personalEditar

La Obra "Dios bendijo el séptimo día", una acuarela de la versión deísta de Dios por William Blake (1757 – 1827).
Pueden darse, según las distintas visiones, características variadas y no siempre armonizables entre sí. Además, hay quienes creen en un Dios personal, simplemente según argumentos filosóficos, pero sin necesidad de recurrir a un modo religioso de tratar con ese Dios, mientras otros consideran a Dios, con argumentos religiosos sin excluir otros argumentos (también pueden tener argumentos filosóficos), como un ser con el cual tratan y esperan una acción salvadora a favor de los seres humanos.
Características propuestas:
Dios sería capaz de insuflar el aliento adecuado que permite a sus adoradores sostener el sistema de autogobierno que él mismo define en un compendio de leyes, normas y principios catalogados en una colección de libros definidos como sagrados por sus seguidores, y cuyos redactores humanos declaran haber sido guiados por la iluminación divina. Al insuflar ese poder, no causa sufrimiento añadido al sistema de vida rutinario.[cita requerida]En algunas religiones, Dios es el creador del universo.[6]
Dios es el nombre que se le da en español a un ser supremo omnipotente, omnipresente, omnisciente y personal en religiones teístas y deístas (y otros sistemas de creencias) quien es: o bien la única deidad, en el monoteísmo, o la deidad principal, en algunas formas de politeísmo, como en el henoteísmo.[3]
Dios también puede significar un ser supremo no personal como en el panteísmo, y en algunas concepciones es una mera idea o razonamiento sin ninguna realidad subsistente fuera de la mente, como en los sistemas materialistas.
A menudo Dios es concebido como el creador sobrenatural y supervisor del universo. Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios. Entre estos, los más comunes son omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, omnibenevolencia (perfecta bondad), simplicidad divina, y existencia eterna. Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el «mayor ser concebible con existencia».[3] Estos atributos fueron descritos en diferentes grados por los primeros filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides,[4] san Agustín,[4] y Al-Ghazali,[5] respectivamente. Muchos destacados filósofos medievales y filósofos modernos desarrollaron argumentos a favor de la existencia de Dios.[5]
En forma análoga, numerosos filósofos e intelectuales de renombre han desarrollado argumentos en contra de la existencia de Dios.

En la mitología griega el Dios Zeus, es el Padre de los dioses (theos) que supervisa la Tierra, además es el dios del cielo y el trueno. Busto de Zeus en Otricoli (Sala Rotonda, Museo Pío-Clementino, Vaticano).
Su conceptualización ha sido tema de debate en diversas civilizaciones.[cita requerida]
Concepciones del ser supremoEditar

A menudo Dios es imaginado como una fuerza de la naturaleza o como un ente consciente que se puede manifestar en un aspecto natural. Tanto la luz como la penumbra son símbolos recurrentes para representar a Dios.
La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente;[4] creador, juez, protector y, en algunas religiones, salvador del universo y la humanidad.
Sobre esta definición existen variaciones.[3]
Dios definido como un ser supremo personalEditar

La Obra "Dios bendijo el séptimo día", una acuarela de la versión deísta de Dios por William Blake (1757 – 1827).
Pueden darse, según las distintas visiones, características variadas y no siempre armonizables entre sí. Además, hay quienes creen en un Dios personal, simplemente según argumentos filosóficos, pero sin necesidad de recurrir a un modo religioso de tratar con ese Dios, mientras otros consideran a Dios, con argumentos religiosos sin excluir otros argumentos (también pueden tener argumentos filosóficos), como un ser con el cual tratan y esperan una acción salvadora a favor de los seres humanos.
Características propuestas:
Dios sería capaz de insuflar el aliento adecuado que permite a sus adoradores sostener el sistema de autogobierno que él mismo define en un compendio de leyes, normas y principios catalogados en una colección de libros definidos como sagrados por sus seguidores, y cuyos redactores humanos declaran haber sido guiados por la iluminación divina. Al insuflar ese poder, no causa sufrimiento añadido al sistema de vida rutinario.[cita requerida]En algunas religiones, Dios es el creador del universo.[6]