En el mundo contemporáneo y particularmente en América Latina, se ha legitimado la idea de que los ricos han hecho fortuna con su trabajo y que la clase capitalista es ejemplar por la acumulación de riqueza que logra igualmente con el suyo. Se dice que los ricos y los capitalistas, cuando son inversores de recursos, generan trabajo, benefician a la sociedad y, sin duda, incrementan sus propios patrimonios, gracias a su riesgo y a su esfuerzo creador.
Ante semejante ideología, la pobreza y las diferencias sociales de ingreso resultan de decisiones y posiciones personales. La culpa de los pobres está en ellos mismos.
Estos mitos han sido refutados desde el siglo XIX, gracias a numerosos investigadores. En América Latina hay suficientes estudios, entre los que pueden destacarse aquellos desarrollados por los historiadores económicos y sociales, que demuestran que la riqueza y la pobreza son, ante todo, productos históricos, en cuya base están una serie de procesos nacidos desde la época de la conquista y la colonia, que continúan durante la república con nuevos mecanismos de apropiación. Los instrumentos para enriquecerse han sido variados: encomiendas, mitas, usurpación de tierras y minas, saqueo, expulsión de comunidades, esclavitud, trabajo servil, explotación laboral, salarios miserables, contrabando, evasión tributaria, estafas al fisco, aprovechamiento de recursos estatales, usura, intereses descontrolados, herencias, etc.
Respuesta:
En el mundo contemporáneo y particularmente en América Latina, se ha legitimado la idea de que los ricos han hecho fortuna con su trabajo y que la clase capitalista es ejemplar por la acumulación de riqueza que logra igualmente con el suyo. Se dice que los ricos y los capitalistas, cuando son inversores de recursos, generan trabajo, benefician a la sociedad y, sin duda, incrementan sus propios patrimonios, gracias a su riesgo y a su esfuerzo creador.
Ante semejante ideología, la pobreza y las diferencias sociales de ingreso resultan de decisiones y posiciones personales. La culpa de los pobres está en ellos mismos.
Estos mitos han sido refutados desde el siglo XIX, gracias a numerosos investigadores. En América Latina hay suficientes estudios, entre los que pueden destacarse aquellos desarrollados por los historiadores económicos y sociales, que demuestran que la riqueza y la pobreza son, ante todo, productos históricos, en cuya base están una serie de procesos nacidos desde la época de la conquista y la colonia, que continúan durante la república con nuevos mecanismos de apropiación. Los instrumentos para enriquecerse han sido variados: encomiendas, mitas, usurpación de tierras y minas, saqueo, expulsión de comunidades, esclavitud, trabajo servil, explotación laboral, salarios miserables, contrabando, evasión tributaria, estafas al fisco, aprovechamiento de recursos estatales, usura, intereses descontrolados, herencias, etc.
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